miércoles, 4 de febrero de 2009

EL SORPRENDENTE INDULTO DE LA GUADAÑA


Salvo quizás, por esa casi imperceptible gota de sangre seca, me sentí muerta. Mi lejana existencia se había desplomado hacia un abismo y nada de lo que conocía tenía una forma definida. Únicamente la sangre, cosquilleando por mi mejilla, me hacía sentir viva, sin entender lo que la misma vida significaba. A un paso de la muerte, la ambigüedad lo era todo y sólo el sinuoso e impredecible camino de la gota de sangre seca tenía entidad. Poco después, inesperadamente, el oxígeno invadió mi mente, y entonces me levanté, como un resorte. Continué caminando sin desprenderme de la perplejidad y del sentimiento de que la guadaña, sorprendentemente, me había indultado.






Retomando los relatos de hasta cien palabras (excluida la frase obligatoria) de la Cadena SER (éste es el link), continuamos con esa pasión por los microrrelatos que el año pasado Blasfuemia calificó de adicción (aprovecho para saludarte allá donde estés porque con añoranza veo que tu blog desapareció, ?). La frase subrayada fue la última frase del relato ganador de la semana pasada; ahora es la inicial de un relato que con toda probabilidad caerá en saco roto. Aprovecho para saludar a los que todavía vuelven por aquí, muchos de quienes añoramos también los atisbos cada vez más escasos, besos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Questo è stato davvero interessante. Ho amato la lettura