miércoles, 19 de agosto de 2009

FELICIDADES MENCÍA!!, FELICIDADES MIGUEL!!


A la peque preciosa, con dos días de retraso
Al grandullón encantador, con dos de adelanto
Así no os quejáis, jeje.... OS QUIERO!!!

martes, 18 de agosto de 2009

INSPIRACIÓN


Se sentó en las escaleras del zaguán y empezó a leer la carta. Hacía más de tres años de la marcha de su amigo y no había vuelto a oír de él. El papel estaba húmedo y emborronado. Pensó, durante un momento, en la dura travesía de la misiva, y después dejó que fluyera su imaginación...


¡Cuánto ha cambiado!, pensó, mientras la leía. En otros momentos, comprendió que su amigo era el mismo de siempre. Le encantaba releerle y reencontrársele, se deleitaba en el empeño. Había días en que en aquel pueblo perdido sólo se escuchaba a las palomas. Cualquier experiencia humana era bienvenida en aquél páramo de Extremadura. Además, fue su mejor amigo. Ahora le contaba que había comprado una parcela en un pueblo de León y que había plantado una variada gama de especies venidas de todo el planeta. Todavía no estaban hermosas, decía, había que esperar. Deseaba enseñárselas ansiosamente, antes de que la vida humana se extinguiese definitivamente.


La frase le recordó a la de otro amigo que no dejaba de hablar de lo mismo. ¡Qué de alarmismo!, pensó. Y continuó leyendo. La poderosa plaga viral se extenderá por la faz de la Tierra y acabará hasta con los mosquitos. Apenas los insectos inmunes y las bacterias más minúsculas lograrán sobrevivir. Las odiosas cucarachas serán las herederas de nuestro paraíso abandonado. Todo, por la mano asesina del hombre, apenas preocupado por el fatídico poderío económico. Las Torres Gemelas fueron obra de los Estados Unidos. Los iluminatis, herederos del imperio faraónico, continúan esparcidos en uno y otro lado del mundo, aliados en una kafkiana y maquiavélica conspiración en la que únicamente los dólares son importantes. A tomar por vientos, el espacio natural, las especies animales. Acabarán hasta con el hombre. Yo, me he refugiado en un páramo que pueda estar protegido de tanta contaminación y me he creado mi pequeño paraíso. A ver si vienes a verme, antes de que todo se acabe.


Sintió compasión por su amigo. Plegó la carta y se marchó dándole vueltas y más vueltas a todo lo que decía. Se acostó divagando y continuó haciéndolo entre sueños. Al levantarse, la idea le vino en primer lugar a la cabeza. Aunque no empatizaba con su viejo amigo, pensó que su trabajo como profesor en un pueblo de Extremadura le tenía anclado para toda la vida, en un lugar falto de interés y exento de experiencias realmente importantes. La ilusión con la que su amigo había emprendido su proyecto le llevó a tomar una determinación, pensando en que si el mundo no iba a extinguirse, su recorrido vital moriría empobrecido.


Así que empezó a ahorrar para que, en el tiempo que le quedaba para solicitar una posible excedencia, acumulase una cantidad suficiente que le permitiese vivir un mínimo de dos años en cualquier otro lugar del mundo. Pensó en la India. Nunca había estado allí, pero había escuchado muchas experiencias sobre ese país. Creyó que su inglés y sus ahorros le permitirían participar en proyectos diferentes cargados todos de vitalidad e ilusión. La vida se consumía, pensaba. Sin embargo, se sentía fuerte y con espíritu de aventura. Así es cómo se marchó al subcontinente.


Todo lo bueno y todo lo malo que experimentó es otro capítulo. El caso es que, hoy en día, pasados los años, no quiere saber nada. Nos echa de menos, dice. Pero no os preocupéis, sé que volveremos a verle. Algún día.

ASTURIAS Y SUS PICUS DE EUROPA, SIN PALABRAS