Esta ciudad de contaminados efluvios ocasionados por los tubos de escape de tanto autómata apresurado y que deja un lugar ahora para que fluya una corriente de aire, aun siendo cálida como si manase de los mismos rincones del desierto, le permite a uno cualquiera disfrutar de respirar el aire puro libre de tanto tumulto y de querer disfrutar del silencio que han dejado quienes con tanta vehemencia han desaparecido de repente por unos días, gozando de encontrar similitudes entre una urbe como Madrid y un pueblo cualquiera de Castilla, entrando a las tiendas que permanecen abiertas sin el agobio de ser empujado y de esperar a que tanto individuo sea satisfecho, cruzando las calles a paso lento, relajado, agradecido, disfrutando del eco que han dejado quienes con tanto ímpetu se dirigían apresurados por aquellas calles otrora ruidosas y ajetreadas.
Se van lo jefes, se van los vecinos, y hasta incluso la novia se va, que prefirió adelantarse a las vacaciones con un agosto en la costa que la vio parir y que me dejará solo frente a una soledad que se mueve codo con codo con una ferviente masa de gentes anónimas que se mueven por un Madrid distinto. Se sorteará agosto con la vista puesta en el vuelo charter que me llevará, junto a un gran amigo y a finales de septiembre, a la misma Bombay, con veinte días por delante para recorrer libremente el país. Será un agosto sin jefes, sin novia, sin vecinos, sin ruidos, un agosto tranquilo, aunque haya que madrugar, será un agosto en silencio.
Desde este particular silencio, no dejaba de olvidarme de este rincón en la blogosfera desde donde me encuentro en contacto con vosotros, lectores, a quienes echaba sensiblemente de menos y a quienes quería acercarme con cariño con estas líneas. De ahí que mi necesidad de contaros algo se haya consumado hoy, al retornar al blog después de unos días de retiro, mientras probablemente algunos sufráis los calores de una gran urbe y otros estéis disfrutando de las cervezas en un chiringuito playero, siendo Internet lo que nos ponga de común acuerdo. Que disfrutéis todo lo que os dejen y que vuestras experiencias sean el deleite futuro de nuestros oídos cuando nos las contéis. Buen verano a TOD@S.