Me siento aprisionado, marchitado y arrinconado
tras la armonía de una bella canción
que me emboba a la sazón
desde la alegre habitación de al lado.
Me siento manchado y lleno de barro
y mis recuerdos, que son un montón
perviven tristes y almacenados en un resistente cajón
en donde nada es puro, tampoco es deseado.
Por eso el sino de este evento
que nada deseo a quien lo lea
no es si no el azar y el latir del viento.
Y es entonces, cuando sube la marea,
antes de terminar esto, que no es un soneto,
cuando ruge el raciocinio y la verborrea.
Cuando siento lo que digo y digo lo que siento
y los vientos se menean
y me veo, al fin... en un inesperado cielo.
6 comentarios:
Ag, em, auch! No entiendo, glup!
A mí si que no me ruge esta noche ni el raciocinio ni la verborrea, como parece que te rugen a ti.
Pero oye, eso no es un soneto de veras, ¿inventaste otro tipo? :P
Intenté un soneto pero mis nociones de composición poética, olvidadizas, no conseguían atenerse al esquema de los versos endecasílabos, con lo que probablemente haya reinventado el género. El poema me salió en unn momento en que en mi vida florecían orquídeas.
Enhorabuena por las letras y sobre todo por el cielo.
Un saludo.
Jon doe: sobre todo por el cielo... Gracias.
Y la foto tan hermosa es tuya?
Cyllan, la saqué de Google.
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