Él, lleno de ardor y desprecio, pensaba en el final. Sus posibilidades eran remotas y no podía volver a perderlo todo. Lo meditó mientras se recolocaba su sombrero de fieltro, manteniendo fija su mirada en los rivales. El alcohol cansaba la vista, abducida por el suculento motín, y una de sus piernas empezó a temblar espasmódicamente. Aguantó estoicamente la embestida de los nervios, hasta el final, manteniéndose implacable. Un sorbo lento de whiski mientras destapaba la última carta. Un as. Con esa escalera de color amasó una fortuna. Con ella creó este club, que ahora inauguramos. Ustedes están invitados. El Señor del Sombrero de Fieltro les desea una feliz estancia.
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Por si se os ocurre algún relato que comience con la frase "Él, lleno de ardor y desprecio, pensaba en el final", que no exceda de cien palabras sin contar la frase obligatoria. Por si os da por presentaros al concurso de microrrelatos de la Ser. Y por si no os apetece, os animo a que intentéis escribirlos, porque al final es divertido esto de construir microrrelatos. Quizás, si no, os apetezca leer los ganadores de la semana anterior. Podéis hacerlo en su página. Imagino un fin de semana perfecto para tod@s.
4 comentarios:
Pondré mi cabeza a pensar y que las neuronas trabajen un poco. Un abrazo.
Gubia, qué alegría tú por aquí de nuevo... pues eso, que a currárselo... pásame algún relatillo tuyo, si te apetece, que si luego no pasa a ser finalista parece que queda en el olvido. Suerte y otro abrazo.
buen blog
muchas gracias, dj
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