Ayer Mariano Rajoy se atrevió a decir que el cambio climático no debía ser una preocupación inminente ni alarmante a nivel mundial. Probablemente lo dijese mientras yo veía la última película de Emilio Martínez-Lázaro -"Las Trece Rosas"-, un excelente trabajo que mantiene al espectador a moco tendido hasta el final y después del cual uno sale aún más concienciado de las barbaridades que se sucedieron en nuestro país no hace tanto tiempo, abanderadas por una derecha que no ha tenido ninguna razón de peso importante en su discurso desde nunca y que fue artífice de una etapa de oscuridad y de subdesarrollo que Martínez-Lázaro refleja de una manera bastante realista en su película. Si triste estás durante el visionado de ella y triste sales del cine pensando que de esa manera tan atroz fueron las gentes que nos gobernaron y que tan dividida estaba la sociedad para llegar a asesinar por ideas políticas que no tienen ningún fundamento racional, más triste aún estás cuando llegas a casa y compruebas que en el año 2007, y pese a la consistencia de cientos de estudios que nos alertan sobre los peligros del cambio climático, un personaje de trascendencia en la opinión pública y líder de esa derecha que es la lacra que ha tenido sometidos a los individuos de este país durante tantos años, osa a decir que el cambio climático es un problema de chichinabo. Pero, ¡por Dios!, ¡cómo puede tener calado en la opinión pública un ser como éste, tan intranscendental!. ¿Cómo podemos seguir viendo jóvenes que no puedan pensar un poquito más allá de lo que dicen Rajoy, Zaplana, Acebes y compañía?. ¿No nos damos cuenta de que estos individuos deberían estar fuera de los dominios de esta sociedad porque son malignos para ella?. Como les sigamos haciendo caso, nos quedamos sin planeta. Y si después de haber faltado tanto al respeto a la misma humanidad, ahora esta falta de respeto se extrapola a la naturaleza que nos acoge en su seno, deberíamos proclamar la ilegalización de un partido farsante y maligno, cargado de mentiras, y dejar de una vez por todas de escucharles, porque nada aportan. Desde este blog, un cero patatero para los del PP; un diez para la recuperación de la memoria histórica que hace Martínez-Lázaro. Algún día deberíamos hacer justicia con la historia.
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