martes, 27 de noviembre de 2007

RETAZOS DE UNA MUERTE EFÍMERA


Manchas teñidas de un rojo

como la luz

que penetra en mi quirófano;

apenas una hora antes llegas tú

haciendo gala de tu brillante guadaña

espeluznante y atroz

desmesurada

y desciendo a través de tu luz blanca

como esclavo de tus garras

abruptamente me despido

un pozo interminable me traga

con violencia

y con finura

miles de recuerdos que resuenan

precipitados por un abismo

infinito y raudo
acelerado

como fuertes bofetadas

teñidas como de sepia

como dardos envenenados
endemoniados

que se agolpan con virulencia

que me asolan sin respuesta

que me aturden con tristeza

que me atrapan

y que me recuerdan

que no hay nada que vuelva

que ya es el momento

que ya no hay espera.







Y estrepitosamente caigo

sobre un silencio incómodo

cuando todo se evapora

lenta y suavemente

como un sueño

que se desvanece

haciendo sordo al presente.

Apenas oigo ya nada

sólo en mí resuena

con calma exagerada

como un tambor de esperanza

el eco de tu alma.

sábado, 24 de noviembre de 2007

CUANDO LA PUBLICIDAD ES GRANDE...




Olé a esta joya de la publicidad, con un encanto abismal, con infinitud de arte, con una justa finalidad... Una gran empresa detrás.



En este abismal mundo en el que nos encontramos, nos vemos francamente agradecidos con los atisbos, ínfimos y abismales, que de ti puedan venir, mejor cuando sean francos y sinceros.

Como había prometido, dejo el nombre de la agencia francesa que ha realizado el spot. Se llama TBWA y éste es su enlace http://www.tbwa-france.com/

El autor es el co-presidente de la agencia, Erik Vervroegen. http://www.ihaveanidea.org/creatives/index.php?/archives/128-Erik-Vervroegen.html

Ha recibido recientemente el prestigioso León de Oro en el Festival de Venecia de 2007.

viernes, 23 de noviembre de 2007

OTRO MADRID



¡Qué distinta puede ser una ciudad sin tener que salirte de ella, caminándola, traspasando sus fronteras internas, observándola!. Así es mi ciudad; ese Madrid distinto, separado, dividido, incluso deshumanizado. Ayer marché, como todos los días, caminando de casa al trabajo, receptivo a los aconteceres. Mi trayecto comienza desde la calle Mesón de Paredes (Lavapiés/ Tirso de Molina), se extiende por la Plaza Jacinto Benavente tomando la calle La Cruz y luego, por Cedaceros y Alcalá, hasta Cibeles. Y ahí me quedo. A lo sumo, abandono ese hábitat que me inspira confianza y penetro en los inicios del Barrio de Salamanca, quizás para ir al banco o para cualquier otro menester. Pero, aunque asombrado por las diferencias, no consigo tener la sensación de haber traspasado esa frontera, que pudiera ser la misma Puerta de Alcalá, pues vuelvo a mis orígenes después y nada ha sucedido. Pero ayer era distinto, pues del trabajo penetraba en esos interiores rumbo a la consulta de mi oftalmóloga (la que me operó de la miopía cinco años atrás y a la que ahora regreso por las dioptrías con las que me encuentro -que sepan los operados, por otra parte, que esta técnica del láser no está lo suficientemente estudiada por su escasa trayectoria y no se conocen bien los efectos-), que está sita en la calle Castelló, en el corazón de ese barrio que no ha cambiado tanto, sobre todo sus gentes, en los últimos cincuenta años, el Barrio de Salamanca. ¡Qué distinto ese otro Madrid!.






Gentes con otras prisas, guiados por distintas miradas, ataviados con otras ropas, con otras perspectivas. Algún mendigo, yo como observador; varios mundos en uno. Me gusta pasar desapercibido. Al momento, tomo la calle Velázquez, y paso por delante del prestigioso Hotel Villamagna. Allí me encuentro una escena escandalosa. Un botones jovencito, afroamericano, embotonado. Otro botones, español, madurito, con cojones. Unas cuantas maletas en el suelo. Un grito del español al negrito, con una voz que daba miedo: ¡me cago en la hostia, jodeeeeer!. El botones jovencito se dirige a ayudar al malhumorado y entonces éste le contesta: "¿Ahora?, ahora no hace falta, quita", y le hace un gesto despectivo, refunfuñando. El joven botones se va abochornado, alucinando con el genio de su compañero, quien se dispone él solo a recoger todas las maletas. Yo escapo de la escena indignado. Una pequeña escena racista que ha pasado desapercibida.








Constantemente me topo con establecimientos de todo tipo que hacen los últimos preparativos para inaugurarse. Todos en plan exquisito, elegante, refinados en el detalle. Muchos restaurantes a mi paso, en un radio pequeño, no precisamente accesibles. ¿Un barrio que está creciendo?, me pregunto. Tiendas minimalistas de muebles sofisticados, gentes distintas deteniéndose en los escaparates, hombres trajeados, bastones, corbatas, distancias, apariencias. "Buenas tardes", escucho, en una voz seria, señorial, cuando todo un caballero abandona una de esas tiendas y se echa encima un sombrero, con elegancia, todo lo que me parece retratado de una fotografía de la época de mis abuelos. El retrato de un Madrid que no ha cambiado mucho, que no tiene que ver mucho con el mío, el de Lavapiés, a unos pasos caminando. La aristocracia más rancia, a saber con qué cosas en la cabeza, mirándome con recelo. Me pregunto por sus cavilaciones cuando pasa ante mis ojos una mujer alta, esbelta, como una modelo, acompañada de un accionista acelerado, posiblemente un descerebrado desprovisto de la más mínima compasión por nada que no sea marchar apresurado en su bólido milonario, con el móvil por bandera, dejando un estridente sonido con su motor. Me detengo en un semáforo. No he visto a nadie que por el centro no se salte un semáforo como peatón. En este barrio todo es distinto. Yo cruzo; ellos se quedan, viendo pasar a uno que no cumple la ley a los ojos de todos los que le miran. Quizás ellos puedan estar forrados por haber infringido más de una ley o alguna que otra conducta moral, ellos o sus ascendientes, pero ellos me miran mal, distinto. Paradojas. En ese otro Madrid.





Por fin, la consulta con la oftalmóloga ha sido un mero trámite, todo como estaba. Me dirijo hacia mi barrio, más cálido, más humanizado, pienso. Pero, tras dudar, decido ir en metro. Creo que ya da igual a la hora que te metas, te pueden enlatar como una sardina a cualquier hora. ¡Qué horror fue eso!, ¡cómo me arrepentía de no haber ido andando!. Me bajé en Sol, a presión salí, y allí todo tenía ya otro matiz; más multicolor la gente, variopintos todos en sus apariencias, guiados cada uno por su propia moda, todos diferentes, todos humanos, no conducidos por la misma obsesión (como puede ser el aparentar, en el Barrio de Salamanca). Entonces todo tiene otra velocidad, hay frenesí, hay comentarios en la gente dispares, hay calor, hay humanidad, hay miserias, hay alegrías, hay vida. Me siento más cómodo, menos observado, en este otro Madrid.






Y me dirijo rumbo a Tirso de Molina. Bajo por la calle Doctor Cortezo y una moto de policía, circulando en sentido contrario a la calle, que es unidireccional, y por la acera, me adelanta con la sirena y sin ningunas maneras. Algo pasa en Tirso. Bueno, en Tirso pasa que para la policía siempre pasa algo. Me resulta curiosa esta plaza, que desde que la han remodelado y la han dejado bonita, la han tomado en grupo los africanos y han quedado un poco desubicados, más hacia la parada del autobús, los del tetra brik de toda la vida y de la heroína fumada, los del Tirso de siempre. Y la policía siempre está rondándola. Al acercarme a ella veo a un viejete hablando con un policía. Es español y tiene cara de malas pulgas. Me pregunto si le estará chivando algo. El policía le contesta: "Pero déjeles hombre, en algún sitio tienen que estar". Y el viejete replica: "En su tierra es donde tienen que estar". El policía le hace un gesto despectivo y se retira, parece que malhumorado. Un Madrid distinto que también encuentra estas situaciones, estas gentes desubicadas que deben de estar muy jodidas viendo que los tiempos cambian y que ahora a nuestro país vienen cuando antes no venía nadie. Envidias y sinsentidos que pululan por la urbe sin encontrar un lugar, en un Madrid que es distinto, que está dividido. Otro Madrid siempre. Todavía hay gente que no encaja, todavía hay varios madriles en uno. Por cierto que el policía, ole. El otro, sin comentario. Cuando llegué a casa, contrariado, Madrid me había vuelto a dar que pensar. La ambigüedad de nuevo como martillo que machaca los clavos de un futuro más integrado, en armonía, estando todos con todos, con objetivos comunes, sin odios, ni envidias, en una misma barca, en un mismo Madrid. Quizás esto sea lo bonito de esta ciudad, pienso, su pluralidad, pero me asustan las guerras que en el día a día se dan entre sus gentes, con el odio por bandera.
Pensé entonces que estas reflexiones las tenía que escribir; para quejarme de las fronteras que nos rodean, las que nos ponen impedimentos, las que nos rechazan, las que frenan el evolucionismo; para intentar un mínimo de convivencia, para quejarme de mi ciudad, ese Madrid dividido, que ya fue presa de una guerra civil, como tantas otras ciudades de España. Me quedo en el Madrid en el que estoy. Eso sí, me dispongo ahora a tener un buen fin de semana, si es que me dejan, en ese otro Madrid, mi particular Madrid, el que me da confianza, aunque siempre sin mar, el que siempre está ahí. Os deseo que disfrutéis vosotros también, allá donde quiera que estéis. Muchos besos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

UN SALUDO, VALENCIA, Y UNA WEB

Me gustaría hacer público un blog que he encontrado navegando y que me ha parecido genial con respecto a la lucha que nos hemos propuesto todos contra el cambio climático. Es de un italiano que reside en Valencia y me parece una apuesta directa contra este problema, que no puedo dejar de publicitar. Y dado que he podido comprobar que nuestro blog tiene muchas visitas desde esta ciudad, quiero aprovechar para saludar a los valencianos, gentes encantadoras que requieren de un necesario cambio en el gobierno, y a quienes les va a ser de ayuda el blog de este italiano amigo de nuestro planeta. Un saludo y mucho afecto a tod@s. Y ánimo a la gente como ésta, con ideas, en acción.

KAFKA EN LA ORILLA (DE HARUKI MURAKAMI)


Un niño japonés, en el mismo día en que cumple quince años emprende el plan que lleva tiempo atrás meditando (en realidad su vida ha estado enfocada a ese plan siempre): marcharse de casa. Y lo hace rumbo a una ciudad que desconoce por completo (para que nadie pueda encontrarle), Takamatsu, de la que apenas sabe que dispone de una biblioteca, y con pocos bultos consigo. Lo hace sin dejar ninguna nota. Atrás deja a un padre al que no quiere. Su madre, cuando él tenía cuatro años, le abandonó, llevándose a su hermana.
Su única intención es hacerse cada vez más fuerte, prepararse para la vida (es un niño muy maduro), alimentarse correctamente, hacer ejercicio y leer mucho. Así terminará por ser el humano más fuerte donde los haya. Su irreal amigo Cuervo, quien pudiera ser realmente su alter ego, que aparece en los momentos más difíciles dándole su consejo, le recuerda, cada vez, que efectivamente se está convirtiendo en un auténtico hombre fuerte y maduro. Cree que será mejor refugiarse en una biblioteca, donde pueda pasar más inadvertido y es en este lugar donde se van a suceder las escenas más inverosímiles, compartidas tanto con el encargado de la clientela, el entrañable y asertivo Oshima, como con la dueña de la biblioteca, la majestuosa y misteriosa señora Saeki.


La relación que surge con esta mujer es de una naturaleza embriagadora, sutil, realmente mágica. ¿cómo puede surgir una relación de amor entre dos personas a los que les separan cuarenta años?. De forma mágica. Pero no es sólo una relación de amor la que surge entre estos dos personajes. Lo demás, lo tienes que leer. No te puedo desvelar el gran secreto del libro. Pero la historia no solo discurre en la biblioteca, al margen de los pasajes en los que el protagonista se ve exiliado en la soledad de un bosque lleno de encanto (es una maravilla cómo puede llegar a enganchar la escritura de este mágico Murakami que hasta hace bellos los momentos en que el protagonista está solo en el bosque, no haciendo nada, a lo sumo dedicándose a explorarlo), porque en la distancia, en el distrito de Nakano de la fascinante Tokyo, un personaje llamado Nakata, que habla con los gatos (es simplemente una maravilla las relaciones que mantiene con los gatos callejeros), y que al margen de una pensión que como él dice le da el gobernador de una forma personal, se dedica a buscar gatos extraviados para las señoronas de su barrio, quienes le compensan con buenos jornales. Este personaje, que no sabe leer, y que parece sacado de los personajes de la película Los Idiotas, de Lars von Trier, es un personaje entrañable donde los haya, de aquellos con los que cualquiera se encariña, y que fruto de un hechizo que le persigue (incluso con lluvias de sardinas que él mismo produce como por telepatía), y apoyado por una "piedra de la entrada" que es como una piedra filosofal, al estilo del más grande personaje de la multimillonaria Rowling (la creadora de Harry Potter, que así sí se conoce mejor) se acabará cruzando con el protagonista.

Y al margen de algún otro personaje afectuoso y amigable donde los haya, como el valiente Hoshino, camionero con ganas de una aventura pasajera, como si satisfaciese el deseo de muchos burgueses de hoy en día, faltos de emociones vivas en sus rutinarios días, o algún otro con menos protagonismo, el resto de la historia ha de escapar a esta enrrollada sinopsis, con la idea de no llevarte al desencanto que produciría el que te lo adelantara. Te va a encantar si te gusta Murakami en su lado más "realista mágico". Esas frases cortas y sencillas pero cargadas de filosofía. Un libro tranquilo, de lectura muy fácil, que aconseja una vida sana, marcada por la meditación, por saber estar a gusto uno consigo mismo, pero cargada de misterios, de laberintos, de duras verdades. Estas sensaciones se suceden de una forma mágica (siento repetirme con esta palabra pero ¿qué otra lo describe mejor?) en el que lo lee. Me encantaría reproducir un texto que para mí está cargado de..., de seducción, de encanto, de fascinación y es el momento en que por primera vez hay algo más que un contacto entre el personaje, Kafka, y la señora Saeki, pero me llevaría mucho tiempo reproducirlo (son dos o tres páginas que sobrecogen y que describen una escena sexual elocuente y sencilla al mismo tiempo).


Tampoco hay que olvidar el simbolismo del cuadro que da título al libro. Ni el complejo de Edipo que rodea al personaje. Hay misterio siempre en este libro, pero está resuelto de una forma genial, sin hacer alardes con el lenguaje. En mi modesta opinión, una obra maestra, aunque pudieran denotarse unas posibles prisas del autor para terminarlo, quizás apremiadas por la avaricia de la editorial, quien sabe; un escritor entre los grandes asiáticos contemporáneos. De lo mejorcito que ha llegado a mis manos últimamente. Por cierto, a quien le guste, hay un verdadero tinte manga en algunos pasajes o en algún que otro personaje, como el liguecillo que se echa Kafka para materializar sus instintos sexuales. Y todo el libro es un círculo que se va cerrando hasta llegar a un clímax total, en el que todo tenía un sentido. Muy aconsejable, abismo.


lunes, 19 de noviembre de 2007

UN SUEÑO QUE ME ENSEÑÓ


Me desperté un día en una dantesca escena

un terremoto había despertado a mi ciudad

no había almas por las calles,

apenas mis zancadas resonaban en el solar

cientos de amigos...

a ninguno podía encontrar.



Corrí descalzo, presa de espanto

y grité con fuerza

sin nadie para escuchar.

Todo estaba desierto,

poco oxígeno que respirar

una luz tenue

mucha ansiedad



Corrí muchas manzanas

entré a todos los portales

grité con fuerza

sin nadie para escuchar

una luz ocre

nada que esperar


el móvil no funcionaba

mis gritos eran mansos;

se dispersaban...

en la muerta ciudad.


Me desperté entonces en otra escena

podía respirar

había gente

no tenía que gritar

y ahora que respiro

y que puedo meditar

me pongo manos a la obra

que al planeta hay que salvar

TANA SIMÓ: TRAYECTOS ARTÍSTICOS



Tana Simó (Peñíscola, Castellón de la Plana, 1972) es una joven, aunque madura artista que ya desde pequeña jugaba con las acuarelas. (Siento no disponer ahora de otra foto en la que se la vea mejor, pero ésta también me gusta, mirando a Rubén Díaz de Greñu). Su entusiasmo creativo quizás le viniese dado de su padre, Miguel Simó, quien disfrutaba recreándose con la imaginación cuando se encontraba con cualquier objeto en su camino. Tana era una niña con los ojos muy despiertos que se asombraba con el mundo de los mayores y siempre sintió la necesidad de reflejar esos mundos paralelos en el lienzo. Cuando los mayores le preguntaban, ella contestaba siempre: "Yo quiero pintar". Y fue así como materializó su sueño, matriculándose en la Escuela Massana de Barcelona, con diecinueve años.






Allí nació su interés por la representación pictórica de los objetos y por los elementos arquitectónicos y adquirió una técnica depurada con la que consiguió unas cuantas matrículas de honor. Entendió en profundidad los distintos enfoques artísticos y aprendió a desvincularse de ellos, para intentar no pertenecer a ningún género en concreto. Allí conoció la vida de la ciudad de Barcelona, y con ello a mucha gente variopinta, resurgiendo en ella ese interés por la condición humana, fascinante en todo caso (de pequeña, por su condición de nieta de ex alcalde y dueño de un hotel al mismo tiempo, ya había ido adquiriendo esa curiosidad por las distintas gentes que les venían a visitar cada verano). De Barcelona marchó a Valencia, a la Facultad de Bellas Artes de San Carlos (Universidad Politécnica de Valencia) y allí destacó por su fuerza creativa. También por su empeño: Tana nunca dejó de crear. Actualmente vive en esta ciudad que para ella es una "fuente de luz" y en la que comparte ambiciones artísticas con su entrañable pareja, Rubén Díaz de Greñu, otro artista que merecería otro post aparte.






Y fruto de esos trabajos que presentaba a sus profesores o profesoras en la facultad de Valencia es esta exposición que hace ya dos meses se pudo contemplar en el entrañable Castillo del Papa Luna de Peñíscola, en la que estuve presente y de la que salí admirado. La exposición venía a denominarse "Trayectos" y en ella, a través del acrílico, plasmaba las distintas sensaciones que se pueden fotografiar a través de la ventanilla de un coche; imágenes de neón en movimiento, moteles de carretera, señales de tráfico, nubes. Algunas de esas sensaciones son muy realistas, como copiadas de una fotografía; otras son plenamente irreales, desfiguradas, abstractas o surrealistas. Hay mucha magia en esta exposición.




Y un gran dominio de la técnica de las veladuras, totalmente en desuso por los artistas contemporáneos, y de la que Velázquez fue un maestro, tan laboriosa, lenta, poco productiva. Tana Simó elige, para esta exposición, una técnica que hoy en día no está compensada en el mercado, y que por tanto no se utiliza. Ella no entiende de reglas de mercado, ella entiende de arte. Ella no habla con los marchantes, ella habla con las hadas, porque es magia lo que brota de sus pinceladas. Y es lo que hace en esta exposición, arte, el cual intento mostraros con lo que pudo recoger mi cámara. Aprovecho para saludar a todos los que aparecen en el vídeo, aunque creo que es muy largo y no lo pueda colgar. Lo reintentaré. Por el momento saludo a todos cuantos aparecen en él: Víctor, Rubén, Noé, Esther, Elena, Adolfo, Manuela, Eider y la misma Tana, gente muy auténtica que se reúne en Peñíscola, y con los que pasamos una noche llena de encanto.





Por cierto, os dejo el mail de esta artista, por quien pueda estar interesado en su obra: tana1972@mixmail.com. En mi opinión, sus obras se cotizarán altas.

domingo, 18 de noviembre de 2007

SILENCIO, QUIETUD, VUELO


Gustavo decidió no hablar más de su problema, al menos conmigo, a quien me había convertido en su bienintencionado psicólogo, no sé si tanto por mis maneras o por nuestra vieja amistad. Decidió iniciar un nuevo camino en el mapa de su vida, ahora traccionado por él mismo, afrontándose a los retos con las armas que ya formaban parte de su ego, con la libertad por bandera, aunque aferrado al mismo terreno del que aún no se había ausentado. Dejé de ser su cómplice, aunque seguramente el reencuentro perfile el rumbo de nuestras conversaciones.
Creyó inútil conversar sobre lo que no hacía porque descubrió que la llave de su secreto la tenía él mismo; así que decidió esperar, con la fe depositada en sí mismo, a ese momento de lucidez que le diera la pista del camino a retomar. Dejó de racionalizar, dejó de pensar; empezó a sentir, a disfrutar de su vuelo. Se dejó llevar, como las hojas del otoño, creyendo en que el viento pondría cada cosa en su lugar. Entonces su liviano cuerpo comenzó a dejarse escurrir por las aguas de su lago. Y yo, desde hoy, domingo manso, disfruto con la calma de su vuelo, aunque le eche de menos.

viernes, 16 de noviembre de 2007

15 MEDIDAS, ENTRE MUCHAS


Son 15 las medidas que nos ofrece la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que he encontrado en la red, y a las que hay que añadir muchas otras:



1) Mejorar la eficiencia energética de los artefactos eléctricos.


2) Los líderes religiosos debieran hacer que sus fieles tengan al medio ambiente como una prioridad.


3) Fomentar el uso masivo de la energía solar.


4) Asegurar que el tratado Post-Kyoto reduzca las emisiones asociadas al calentamiento global.


5) Promover que cada casa genere su energía.


6) Incorporar incentivos tributarios para comprar "verde".


7) Atajar el creciente problema de las emisiones de la aviación.


8) Nosotros debemos abandonar la dependencia del petróleo.


9) Alentar que las personas compren menos "cosas" no esenciales.


10) Mejorar drásticamente el transporte público.


11) Ir hacia una cultura de "cero desechos".


12) Instalar medidores inteligentes de electricidad.


13) Incorporar una medida del éxito económico, que incluya al medio ambiente.


14) Abordar el gran potencial de energías renovables no convencionales de nuestro país.


15) Buscar fuentes alternativas menos dañinas para generar biocombustibles.


Agradecemos su trabajo.

OBAMA EN GOOGLE: ¿EXPECTATIVAS PARA LA SALVACIÓN?


Supongamos que empezamos a hablar de las posibles claves para salvar el planeta. La encuesta que hemos formulado no nos dice nada, pues ha habido cuantiosas abstenciones, pero parece que vislumbra una necesaria predisposición a tomar medidas, a que todos formemos parte del cambio. La encuesta deja que desear, pues se me olvidó poner la opción "ninguna de las opciones" o "ns/nc", pero no era mi intención una buena redacción pues no es con encuestas como se debe salvar el planeta. Más bien con propuestas.





No debemos dejar de proponer, de sacar el tema, de considerar el problema, de concienciarnos, de colocarlo entre las primeras preocupaciones. Sólo así los lobbies se movilizarán; los políticos; el capital. Cuanto más hablemos de ello, más nos concienciaremos; más nos moveremos. Y no dar la batalla por perdida. ¿Quién sería tan rastrero de dar por perdida la guerra en la que la victoria supone que nos salvemos todos, incluidas las generaciones posteriores?. La historia nos pondría en un lugar muy despreciable; no mereceríamos respeto, más bien castigo en el descanso eterno que existe según quienes confiesan depositar sus esperanzas en él (todavía, s. XXI).





Planteemos una clave. En enero de 2008 comienzan las elecciones primarias en EEUU para la carrera presidencial. Tenemos una clave: el resultado final. ¿Quién será el futuro presidente de la primera economía del planeta, responsable sin duda del daño que se le pueda hacer de más a éste?. El país está dividido, como ocurre con España, pero es muy posible que retornen cambios en el poder y que éstos repercutan en el desenlace del drama. Si alguien que lea esto piensa que George Bush pueda hacer más por el planeta que Barack Obama, por favor que atisbe, que no se calle y añada algo, por favor. A lo peor Obama no hace nada, pero seguro que peor que Bush no lo hace, no me lo creo. Y es de Obama de quien me apetece hablar, empezando por una de tantas esperanzas que dejó entrever ayer, en una conferencia con los empleados de la todopoderosa Google: "El planeta está en peligro", dijo. Y añadió que eran necesarias medidas "URGENTES" para combatir el cambio climático. Obama hablaba de empezar YA a trabajar.
Y lo decía ante buena parte de la plantilla de una de las más poderosas empresas del planeta, cuyos máximos accionistas, Larry Page y Sergey Brin, acumulan un accionariado en la empresa por valor de más de 40 mil!! millones!! de $ y en la que más de mil empleados disponen de más de cinco millones cada uno. Capital más voluntad hacia un fin es igual a transformaciones. Que los políticos se planteen colgarse una medalla en el juicio que hagan nuestros nietos cuando abran un libro de historia, eso es lo que necesitamos. Que brinden su empeño los poseedores del capital que tanta fuerza de trabajo mueven. Que todos madruguemos con el fin de salvar la humanidad y que después comamos y no pasemos frío y seamos como tienen que ser las personas. Tal funcionamiento no excluiría ningún cambio sustancial en el sistema económico, aunque sí en la negación y en el sinsentido que suponen las tenencias de capitales tales como los mencionados, que harán simplemente que sus nietos sean más drogadictos de la mercadotecnia (léase, bobos). Si cuando mueran, dejarán de ser (filosofías ateístas aparte). Pero centrémonos y no nos dispersemos, abismo.




El tema, abismo, es que la política necesita del capital.
Y, de momento, sólo para apoyar las candidaturas presidenciales, los empleados de Google han donado 20 kilitos (de pesetas, pero entre todos), rascándose un poquillo entre la calderilla, pero más de la mitad de esa donación ha ido para Obama, más del doble que para Miss Clinton.
Por lo menos se observan las tendencias de una pequeña pero interesante muestra de lo que es el capital en EEUU, porque me creo que King Gates haría lo mismo. Así que ¡hala!, a idear proyectos, a ponerse de común acuerdo. Y nosotros, a darles ideas. De momento, Obama dice "Mi ambición es cambiar el mundo, como ha hecho Google", añadiendo que su deseo es que Internet penetre en Asia y en África. Vamos bien, Obama, porque si no excluimos a nadie en el planeta, seremos más y está bien eso de que un presidente norteamericano se preocupe por África, al margen de la esquizofrenia que habéis tenido en Somalia o por tantos otros intereses que habéis perseguido en el planeta. El mundo necesita un cambio, Obama, y me gusta cuando dijiste que tu país pasaba por una de las peores etapas de su oscurantismo, porque creemos en que vienes a cambiar el mundo, como dices. Si es así, sólo necesitamos que los tuyos te voten, que los norteamericanos se conciencien, que nos llevemos bien todos, que dejen de ser el país más odiado del planeta. Y eres tú, Obama, a quien se te achaca tu carencia de un currículum fuerte como estadista (7 años como legislador en Illinois, 1997-04, y otros 3 como senador, 2004 hasta hoy), pero contestas: "No parece que cuando Larry y Sergey iniciaron Google tuvieran experiencia", despertando un buen rollo entre los capitalistas que ayer te escuchaban en Google.





Comprendo, abismo, que si internet se abre a África, a Asia, a todos, podremos contar con más gente en nuestro blog para brindar ideas, concienciar, en definitiva, hacer algo por este planeta tan maravilloso donde los haya y en el que la gente nos cautiva. Me ilusiono, abismo... por pocos momentos, pero me ilusiono.

jueves, 15 de noviembre de 2007

MEMORIAS (DENVER)


Así se lo montaban en una fiesta en un garaje en Denver este verano...

... se ve perfectamente a mi gran amigo, Jordi, madrileño residente en Denver y webmaster de la web de mr. Jairo, a la que puedes acceder encontrándola donde los links. Esto es un documento gráfico para el que dude de que Jordi esté bien, de que vive en Denver y de que disfruta viviendo. Yo llevo la cámara. Fue en verano.

miércoles, 14 de noviembre de 2007

ELECTORALISMO EN NICARAGUA




Con el único objetivo y gran obsesión del neosandinista presidente electo de Nicaragua, Daniel Ortega, de afianzarse en su peldaño del poder, el nuevo Código Penal en el país prohíbe todo tipo de aborto y lo sanciona, incluso en el caso de que la vida de la madre corra peligro (el llamado aborto terapéutico). He aquí un caso de pura evidencia en el que el presidente de un gobierno ofrece su mano a la Iglesia con la única intención de captar votos. Pero no es ésa la única reforma en el Código Penal. También se han reducido las penas en los casos de blanqueo de dinero, delitos por el que el ex presidente (1997-2002), y derechista, Arnoldo Alemán, continúa hoy arrestado (en arresto domiciliario).








¿Estamos ante una estrategia de Ortega para proyectar sus intereses electoralistas sobre la segunda fuerza del país, el Partido Liberal Constitucionalista de Arnoldo Alemán?.






Sabemos que los 38 escaños del Frente Sandinista de Liberación Nacional, tras las últimas elecciones de enero de 2007, necesitan de algún escaño más de los cinco que les puede brindar el Movimiento Renovador Sandinista. Los cuarenta y tres escaños se quedan a falta de tres para la mayoría absoluta con lo cual la única opción que le queda al nuevo Ortega es la de pactar con los neoliberales y, si bien estos están escindidos entre la Alianza Liberal Nicaragüense-Partido Conservador (22 escaños), cada vez más desacreditado, y el partido de Alemán, PLC (25 escaños), queda clara la tendencia bipartidista de Nicaragua para que el nuevo Ortega, totalmente distanciado de la actitud revolucionaria que le llevó al poder en su anterior mandato (1985-1990), se tenga que poner la sotana y ofrecer esta aberración a los derechos fundamentales.








Por otra parte, el nuevo texto legal despenaliza la sodomía (sí, estaba prohibida), lo que algunos pronostican como un primer paso para la institucionalización del matrimonio homosexual (faltaría ver como aceptaría la Iglesia nicaragüense dicho gesto).








Convendría que el nuevo Ortega se definiera porque por una parte está adulando a Chávez y por otra lo está haciendo con Bush y parece como si lo único que le interesara es que le votara el mayor número de electores. Nicaragua es un país necesitado de importantes reformas sociales que frenen los altos índices de desempleo y corrupción que existen y el electoralismo es una estrategia política que maquilla pero que no arregla nada.







Un paso atrás se ha dado en Nicaragua, país en el que la renta per cápita anual está por debajo de los tres mil dólares y en el que muchas mujeres podrán condenarse aun más en la pobreza al vetárseles el poder de elección fundamental que es el de querer traer hijos. Con medidas como ésta se da un paso de gigante inverso en el camino del desarrollo y de la evolución democrática. Buena parte del pueblo nicaragüense deberá castigar estas políticas a dos bandas. Además sería necesaria una renovación de la clase política que diera alas a un país que está a mucho camino por recorrer en su andadura democrática, porque el Ortega de ahora no convence y la alternativa de Alemán es, para muchos, la peor de las opciones, después de haber dirigido el más represivo de los regímenes después de Somoza.







Esperemos un futuro optimista para nuestro hermano latinoamericano.

lunes, 12 de noviembre de 2007

EL LAGO DE GUSTAVO






Anoche soñé con Gustavo. Me desperté acordándome perfectamente de los pormenores. Flotábamos en un lago salado, sobre una balsa tranquila que navegaba lenta pero firmemente. Yo estaba recostado, sobre una hamaca que armonizaba un ligero chasquido agudo al balancearse. Él también estaba tumbado, abrigado por un flotador gigante, con los brazos hacia atrás bajo su nuca. Contemblábamos una maravillosa puesta de sol, anaranjada y violácea; corría una ligera brisa, casi imperceptible. Recuerdo que sólo podía oír los sonidos de mi respiración, pero observaba a Gustavo, en la quietud.










En el momento en que el sol se escondió, Gustavo se levantó suavemente, con elegancia, armonioso. Se acercó al timón y lo asió con energía, aun sin brusquedad. Con la otra mano hizo un movimiento decidido en el motor y la embarcación se aceleró, sin cambiar el rumbo. En las comisuras de sus labios se dibujaba una sonrisa calmada, satisfecha. Y comenzaba a entonar una melodía repetitiva con su silbido, pegadiza, que yo escuchaba por debajo de los sonidos de mi respiración. Yo la tatareaba. Sentía entonces la necesidad de tenerle más cerca; me arrimaba a él. Su mirada se dirigía perdida a la proa, perdida en sus divagaciones. Yo le observaba y me acercaba. Así que me encontré junto a él, y le froté lentamente mi mano por su hombro, también por su espalda. "Éste es mi lago" -me decía- "mi lago salado. Mira qué calma. Atrás dejo todo lo que he llorado." -continuaba-. Y yo contemplaba un mar de lágrimas saladas que se expandía hasta el horizonte más lejano. "Después de todo, ahora puedo navegar" -me decía-. Yo le consolaba continuando con las caricias, aunque contemplaba en él una mirada un tanto ida, obstinada, impersonal.







Le pregunté si el lago que navegábamos era el lago del que tanto me había hablado con anterioridad. Y me dijo que no era aquél del que tanto me había hablado, pero que el lago por el que navegábamos, que decía que era suyo, era diferente a lo que él nunca había conocido. Un lago en el que las aguas estaban tranquilas y cálidas, sin mareas, entre una temperatura agradable, aunque el viento no cesara. Observaba al otro lado de la orilla una vegetación muy florida y frondosa. Insistía en que no era el lago del que tanto me hablaba, pero que se había encariñado con él, hasta el punto de amarlo.









En la oscuridad, las estrellas relucían con fuerza, la luna estaba recostada. De las aguas rezumaba una neblina pacificadora. "Este es mi lago" -me decía- "te invito a que lo conozcas". Algunas aves noctámbulas parecían contestarle con sus gorjeos. Y me dejaba escurrir a través del mágico lago de Gustavo, donde decía sentirse cómodo, relajado, de la misma manera que yo me encontraba en él.








El despertador sonó abruptamente en su hora habitual, pero yo guardaba unas emociones gratas de mi viaje con Gustavo a través de su lago. Hoy he querido verle para contárselo, pero no le he visto, no lo he podido compartir con él. Ahora me dedico a imaginar como será mi lago, el día en que yo navegue sobre él.



CITAS TÁCITAS, VOL. 4


"Para llegar a un entendimiento de las experiencias, primero hay que convertirlas en vivencias"


Desconocido (citado por Juan José Millás en su última novela, El Mundo)

sábado, 10 de noviembre de 2007

MARCOS: DEL FLOWER POWER A LA DUALIDAD

La primera vez que conocí a Marcos no tengo duda de qué día fue. Y eso que hacía exactamente una hora que nos habíamos comido un ácido, allá por el año 93. Era en la puerta de un centro comercial de Rivas, que se había inaugurado recientemente. En el interior del centro había una discoteca a la que ni Marcos ni yo prestábamos atención. Mientras dentro, en la discoteca, la gente joven se perdía la vida consumiendo drogas de diseño y escuchando una música artificiosa e inodora, Marcos y yo andábamos fuera deleitándonos con su gran descubrimiento de entonces, en aquella noche templada de septiembre, cuando observando unos cactus solemnes y una vegetación florida que había en un pequeño jardín, exclamó: "Viva el Flower Power. Lo he visto, lo he visto, lo he visto todo".




Insistía en hacernos entender que lo había visto, que lo había visto todo, en ese mismo momento. Yo me acerqué a él e insistió en que me volcase a la contemplación de las plantas para lograr percibir lo que decía haber visto. En esos momentos yo no apreciaba nada, más que unas plantas muy bellas, pero pronto comprendí que Marcos hablaba de algo más de lo que en principio era una apariencia y entonces se refirió a un artículo periodístico en la revista Primera Línea que hablaba del consumo de psicotrópicos y que yo había leído hacía apenas unos días, en el que escribían sobre algo extremadamente mágico denominado "flower power". Desde esa noche, surgió entre nosotros una amistad duradera que nos llevó a tener muchos momentos igualmente mágicos en el campo, al calor de una hoguera, entre los rocambolescos cortados de la laguna de Rivas, que parecían caras majestuosas que contemplaban el devenir de nuestras ensoñaciones.


Con el tiempo nuestros caminos tomaron rumbos distintos y entonces ya sólo nos veíamos de vez en cuando. Pero aquellos momentos que habíamos compartido habían dejado huella en nosotros y hacían que yo pudiera entender mejor como él iba sorteando la vida, en su camino sinuoso. Y es que su vida se movía entre extremos, desde lo más espiritual, y hasta religioso, hasta lo más extremo de lo contrario. Marcos iba equilibrándose en ese andar consigo mismo, redescubriéndose. Así pasaba de comprar todo tipo de budas para decorar su santuario y de rodearse de incienso nepalí para empollarse el Baghavad Gita a incinerar todos sus fetiches y abogar por el hip hop y el skate, cultura urbanita de la que nunca era capaz de emanciparse. Marcos fue un John Lenon o un Bob Marley que no encontraba su sitio como tal y, entre tanto, buscaba su camino. Entonces descubrió la suavidad de las seis cuerdas y se decidió a componer desde su interior psicodélico, siempre hermanado con la cultura rasta y he aquí su más conocido éxito, "Marihuana Revolution". Un beso, Marcus.

martes, 6 de noviembre de 2007

CITAS TÁCITAS, VOL.3


"Here am I floating round my tin can
Far above the Moon Planet Earth is blue
And there's nothing I can do"


David Bowie, Space Odity

AMORES Y NEBLINAS



Ayer Gustavo intentó dar un temeroso paso en su vida. Y, de nuevo, su pie se quedó a medio camino. Entró poco convencido de que fuera a hacerlo después. Salió creyendo que no lo haría. Y como todo lo que ese día le rondaba por la cabeza era transparente, todo refulgió de su interior. Y con ello su ademán para dar el paso deseado. No salió el tiro por la culata. Ella le entendió. Y se comprendieron aun más. La maleta de ella aun no estaba preparada, pero su propio periplo por la vida en ese momento comenzaba. Lloró. Lloró y dudó. Se quedó a medio camino: no conseguía equilibrar el paso que pretendía dar. Dudó de lo que hacía y acabó revolcándose con ella. Entonces comprendió que TODO volvía a la normalidad. Al menos así, no sufriría.