jueves, 28 de febrero de 2008

PENDIENTE DEL ARBITRIO DE UN FRÍVOLO GOBERNADOR


El cuarto es pequeño, apenas entra una luz tenue oblicuamente y los funcionarios aquí son seres repulsivos ávidos de conflicto. Me muero de ganas por una cama cómoda, ésta es dura y reducida y sus mantas no me brindan el calor que necesito. Huele a muerte en este cadalso de nueve barrotes de acero oxidados y tenebrosos, en el que falta el espacio así como la tranquilidad. Sólo me queda rezar escrupulosamente porque se produzca la llamada del Gobernador de Nevada que me libre de este anunciado martirio al que me tienen condenado. Mi inocencia se esfumó en la sentencia que me condenó a muerte y sólo clamo por que la verdad sea la única que juzgue y me saque de esta violenta cruzada contra un pobre individuo que ni siquiera estaba en el lugar del crimen. Me juzgan por el asesinato de un confidente de la policía, una persona que no había visto en mi vida, y que ocurrió cuando yo tenía veinte años. Hace ya trece que ando encerrado en una espiral carcelaria en la que no encuentro aire para respirar. Los minutos suceden en mi reloj de una forma acelerada, los latidos de mi corazón me contraen y agarrotan con virulencia, los repetidos pasos de un funcionario que pasea con un bastón me sacan de quicio. Queda tan sólo un minuto para la supuesta llamada. Dios sabe con qué intenciones llamará el Gobernador. Suena el teléfono, lo puedo escuchar.





Este fue el escrito que se encontró en la celda del preso 1990 de la Prisión del Estado de Nevada. En su última voluntad, el reo suplicó que fuese enviada a los miembros de su familia.

VOTACIONES PARA EL CONCURSO DE SUSPIROS

Desde el 22 de febrero está abierto el plazo para las votaciones de la II Edición del Concurso de Suspiros, para el que se han presentado 31 relatos de calidad. Podéis animar dicho concurso haciendo vuestras propias votaciones, en el siguiente link. Animaros.

martes, 26 de febrero de 2008

MI CIUDAD INVISIBLE


Aprovechando mi intención de felicitar a un programa de las ondas hertzianas que me viene cautivando desde hace ya unos años, llamado "La Ciudad Invisible" (y que tiene su propio blog en blogspot (http://laciudadinvisibleradio3.blogspot.com/ ), grande como tantos otros programas de la magnífica Radio 3, de Radio Nacional de España, y dirigido por Javier Díez, quisiera hacer mención del momento mágico que se produce en el programa cuando alguno de sus conductores pregunta al entrevistado: "Bueno... ¿y cuál sería tu ciudad invisible?". Siempre me llamaron la atención las respuestas que los entrevistados pincelaban y siempre imaginé el momento en que tuviese que contestar a una pregunta así si es que alguna vez me la formulaban. Como hasta ahora no he tenido que hacerlo, pero con la intención de cerrar el círculo que dará lugar a que se entreabran otros, me respondo a mí mismo, abismo.




Imagino una ciudad en una isla, rodeada de mar, y vegetación, comunicada al continente por un acceso rápido y marítimo. Una isla en la que no existe la propiedad privada y los bienes son compartidos por todos, quienes deciden de forma organizada los designios de la ciudad, y en la que se da una adoración al arte y a la cultura en la cobertura de un extenso tiempo de ocio y de descanso, pues el trabajo no se desperdicia en frivolidades, ciudad que es abierta y que recoge a todos los que quieren convivir en ella, haciendo gala de la hospitalariedad y de lo solidario y haciendo de la belleza un designio a cultivar por todos, amantes de sus valores, entre los que nunca se da la malicia, ni la hipocresía, ni la mediocridad, salvo excepciones que no son víctimas de juicios, y en la que un ágora congrega a todos con la única intención de comunicar y de progresar, y en la que todos los adultos constituyen la escuela de los más pequeños, ciudad en la que la libertad es justa y los prejuicios soterrados, porque se admira la magia de la vida y de la naturaleza.
Así imagino mi ciudad invisible.

EL HECHIZO DE UNA POMA

Lo reconozco. Los martes viene a ser costumbre en mí escuchar los relatos ganadores del concurso de microrrelatos del programa "Hoy por hoy", de la Cadena Ser. Como dice Blasfuemia, creo haberme convertido en un adicto de estos relatos brevísimos. Y, obcecado en que algún día lean el mío, a la vez que me divierto en el empeño, vuelvo esta semana a intentarlo. El relato debe comenzar por la frase "No hasta que por fin me haya mordido". ¿Chungo, no?. Por lo menos, intentarlo. Tope: 100 palabras. Me vuelven a salir 100 justas. Os vuelvo a dejar el link por si os animáis.





"No hasta que por fin me haya mordido", le dije, cuando el jardinero se acercó a mí y me arrancó del árbol de forma brusca, repentina. Ella me miraba pusilánime mientras me arrojaban en una cesta de mimbre y me tapaban con un trapo rugoso. Fueron unos minutos tensos y solitarios, hasta que a ella la depositaron, junto a mí, en el cesto. "Hasta que me muerda, estaré callada como una manzana insignificante", le espeté. Nos pasaron a un frutero, de donde el príncipe me tomó con desdén. Me mordió e hice real el hechizo. Sus pretensiones bélicas se esfumaron.
.......
Espero que estos relatos no resulten pretenciosos ni aburridos para mis apreciadísimos lectores, a los que aprovecho para enviar todo mi cariño.

viernes, 22 de febrero de 2008

ALERTA PARA LOS CONSUMIDORES DE TELEFONÍA

Propuesta que viene de Cyllan. Interesante para los que tengan gratis las llamadas a fijos. No os gastéis más dinero en los números 901 y 902 de las operadoras y de atención al cliente. Estos números siempre tienen un equivalente fijo, al que llamar, más barato e incluso gratis si tenéis ADSL!. En esta Web metes el número 901 o 902 y te dan el teléfono fijo equivalente:
Yo he probado por ejemplo con la atención al cliente de ING 901 105115 y me ha dado el 91 6349222. Acabo de llamar y es verdad, salta el mismo servicio de atención de ING. No más gastos inútiles para aumento de beneficio de las compañías!
Habrás visto anuncios en televisión y otros medios, de Telefónica y de otras compañías. En concreto, el número de Telefónica es el 11888 y llamar al mismo tiene un coste de 1 EURO por llamada. Pues bien, la opinión pública debe saber que, por ley, Telefónica está obligada a dar ese mismo servicio a través del 11818. Por sólo 0,35 euros, como lo daban antes en el 1003. Naturalmente, se cuidan muy mucho de no publicitarlo. Apunta: 11818. Tú mismo puedes comprobarlo llamando a ambos números y escuchando la grabación con el coste de llamada que dan al principio. Díselo a todo el mundo en tu empresa, haz pegatinas o lo que quieras. Pero, sobre todo, divulga este mensaje. Nota: Lo más curioso de todo es que el 11818 es gratuito si llamas desde una cabina telefónica. Si no, haced la prueba.

¿ECTO QUÉ?


Gustavo no disimulaba su impaciencia mientras Lucía preparaba minuciosamente el test de embarazo que habían adquirido minutos antes en una farmacia de su barrio. Lo hacían sentados en el sofá de su casa, junto a una estantería en la que reposaba un tacataca que con esperanza habían comprado meses atrás anticipando un futuro que con tanta vehemencia habían imaginado. Lo habían intentado asiduamente y con esperanzas, pero Lucía nunca se había quedado embarazada. Esta vez, el retraso era de cinco días y los nervios inquietaban a Gustavo, que mantenía en su mano un botecito con la vespertina orina de Lucía, amarillenta y llena de esperanzas. Nunca Gustavo había depositado tanta fe en un frasco de pis, como esa mañana de domingo. El resultado se antojaba una duda inquietante. Finalmente, lo esperado, el test daba positivo. Lucía estaba embarazada, por primera vez después de tantos intentos.



La explosión de júbilo fue tal que la cabeza de Gustavo chocó contra la lámpara, aunque el resultado fue inocuo. Lucía estaba pálida a la par que murmuraba expresiones de alborozo. "Por fin, Lucía. Lo hemos conseguido", le decía a ella cariñosamente, acariciándole la mejilla. Y se abalanzaron en abrazos estremecedores, en una pasión desbordada que les llevó a hacer el amor allí mismo, en el sofá, con un televisor inanimado de fondo que no les distraía.



Al día siguiente, me encontré a Gustavo. Salía de la Filmoteca Nacional.



- ¿Qué película has visto? -le pregunté.



- "Marta y alrededores", una película del 99 en la que participó una amiga mía.



- ¿Qué amiga, Gustavo?



- Se llama María José Millán, trabajamos juntos en el archivo de un hospital. ¿Sabes?



- ¿El qué, Gustavo?



- Lucía está embarazada -me dijo ilusionado-



- ¡Enhorabuena! -exclamé-. Ahora por fin serás padre.



- Me surgen las dudas ahora, Abismo.



- ¿Dudas?



- La película me ha creado dudas. Me identifico mucho con sus personajes. No sé si podré estar a la altura, como les pasa a ellos.



- ¿Por qué piensas así, Gustavo?



- Mis deseos de ser padre se enfrentan al temor de que lo de la Lucy y lo mío no funcione. Y los temores son de cierto alcance.




Nos dirigíamos por la calle Atocha en dirección a Jacinto Benavente. Entonces Gustavo me confesó un secreto. No es mi intención desvelarlo, porque se lo he prometido, aunque lo que me ha susurrado me anima a pensar que Gustavo será padre y las fuerzas que esto le dará le animarán a sentirse tranquilo y en sintonía con Lucía. Su secreto será eterno por los tiempos de los tiempos, pero cierto es que da esperanzas para pensar que Gustavo será feliz, pase lo que pase, y con ello el futuro de su hijo.



Pero hoy ha sido un aciago. Han ido juntos al ginecólogo. Esperaban sentados a que el doctor hablase.


- Mala suerte -les anunció-. Estamos ante un caso de embarazo ectópico.


- ¡¿Ecto qué?! -exclamó Gustavo, agarrándose firmemente a los brazos de la silla.


- Tranquilo, cálmese, yo les explico.


El doctor les habló de lo que también se conoce como embarazo abdominal, tubárico o cervical, un embarazo ocurrido fuera del útero causado frecuentemente por una afección que obstruye o retarda el paso de un óvulo fecundado, a través de las trompas de Falopio, hacia el útero, posiblemente causado por una obstrucción física en la trompa.





Lucía se desmayó. Gustavo permaneció inmóvil, pálido y absorto. Yo les esperaba en la sala de espera de la consulta. Cuando abrieron la puerta, el doctor acompañaba a Lucía desvanecida, Gustavo me intuyó. Entonces hice despertar mi magia. Utilicé un faro de la costa gallega para que resplandeciera la luz de la sabiduría y de la fascinación. Lucía se reanimó, en cuestión de segundos. El doctor les animó diciéndoles que no se preocupasen, que no debían de perder las esperanzas, que todo era posible, que no había problemas. Así sucedió. Todo transcurriría con normalidad.





Por un tiempo, Gustavo y Lucía aminoraron sus deseos de ser padres y decidieron darse un tiempo para darse cuenta del alcance de esos deseos, con serias intenciones de exprimir la juventud que la vida les brindaba, repleta de energía y bajo una fuerza del amor que con el tiempo se propondría cimentar las bases de lo que todavía compartían. Los días transcurrirían entre el nirvana y la autoconvicción, disfrutando el eterno momento, flotando y volando hasta que las dudas retornasen de nuevo, esta vez con otro ímpetu aunque con una potente creencia en uno mismo y en el otro, capaz de decidir cualquier contienda. La felicidad volvía a su agenda.


En otro orden de cosas, aprovecho para felicitar a mi hermano y a mi cuñada, a la espera todos de que nazca Mencía o Pablo. Mucho cariño para ellos.

martes, 19 de febrero de 2008

¿QUÉ PUEDO HACER EL 9 DE MARZO?


Dentro de menos ya de tres semanas nos jugamos en las urnas el futuro de España. Una buena parte de la sociedad, ni mucho menos la mitad, amantes de las sesiones de golf e hidromasaje, y de la especulación urbanística, también de lo ostentoso, nada concienciados con los problemas humanos, más preocupados por defender lo que ya tienen y amantes también de la manipulación, de las jerarquías sociales, y de la fachada, quienes no dudan en ceder poder ante una Iglesia que no tiene ningún sentido, que no creen que deba existir la eutanasia, que no justifican nunca el aborto, que han creado mucho terror en nuestras fronteras durante casi cuarenta años, que abogan por la pena de muerte, que defienden la Corona (o pueden detestarla, pero con argumentos de otra índole), que sólo apuestan por atacar la violencia con más violencia (sus armas contra el terrorismo), que son conservadores, incluso muchos de ellos reaccionarios, como si arrastrasen una condena de ira por los tiempos de los tiempos. Esos muchos, que como digo no son la mitad (no son tantos) van a volcar sus votos en el PP de manera concentrada, sin divergencias de opinión, en la unidad que les caracteriza.



Quienes vemos la vida de otra manera, pensamos que si nos quedamos en casa el día de las elecciones, que si no votamos a la izquierda, ellos son más y pueden gobernarnos, cuando la mayoría, esa sí, detestamos al PP por encima de todos los partidos, con independencia de nuestro absentismo y de nuestra poca confianza en el resto de los políticos. Creo que los aires que se han respirado no han sido peores de los que se respiraron en el aznarismo. Cuidado, que nos jugamos que nos gobiernen Rajoy, Pizarro, Zaplana, Acebes y con ellos la cultura de la ostentación y del Marina d,Or. No hagamos el tonto quedándonos en casa el 9 de marzo, que nos jugamos mucho.
Quien piense que las cosas van a seguir igual, pase lo que pase, que lo medite, que no es lo mismo que unos u otros nos representen. Que la fuerza de todos los que nos oponemos a muchas cosas pueda con la de unos pocos pero que siempre andan más unidos. Vayamos a las urnas, nos jugamos mucho.

ENCERRADA

Más relatos de cien palabras como máximo, los de la Cadena Ser. Hoy se fallaron los premios. Sin sorpresa, el mío no resultó finalista, pero como me divierte participar, decido hacerlo de nuevo. Esta semana el relato debe empezar por "Todavía algunas veces huele a sangre". A ver si os animáis. El enlace es éste Aquí va el mío:



Todavía algunas veces huele a sangre en ese cuarto oscuro en el que me tienen secuestrada. Por una rejilla, me hacen llegar a diario unos platos con comida asquerosa, a veces quemada, otras poco hecha. El hedor es insoportable y se mezcla con el rancio aroma de las comidas, en la antesala del vómito, cada día. Pero hoy es especial. Las negociaciones para mi liberación van por buen camino y han introducido, por la rendija, arroz con leche como postre, como el que hacía mi madre. Aunque sigue oliendo a sangre, me ha sabido a gloria.






Muchos besos.

sábado, 16 de febrero de 2008

RETAZOS DE MI VECINDARIO


A veces una eclosión jubilosa puede ser sin embargo una exaltación de violencia, derroche de improperios y alarma en mi vecindario, todo incluido. Resulta que puedo liarme al intentar distinguir una expresión de alborozo de una exaltación violenta por parte de mis vecinos de abajo, provenientes de la tierra de Álvaro Uribe, quienes afirman ser parientes de un tal fulano que en su tierra lidera una banda organizada y que en nada repara si ha de hacer uso de su recortada y quienes, en su ínfimo hogar de veinte metros, disponen de una discoteca móvil en su interior que hace vibrar hasta las más firmes vigas de mi edificio cuando el tiempo de ocio les permite desconectar de su fatigoso puesto de trabajo en una obra interminable. Uno, en principio, admiraría la voluntad festiva de un puntual madrugador que se dirige a diario a una obra del extrarradio cuando llega a su axfisiante pero cálido hogar, así como la intención de defender sus valores patrióticos cuando dice ser colombiano y español, por lo tanto gozante de todo derecho cívico que le confiere tal condición, pero uno se extraña cuando comprende que el derecho reivindicado se reduce a un estridente repertorio de salsa desde horas prontas de la mañana hasta altas horas de la madrugada, para contestar a quien le intenta comedir que tiene una pistola en su cuarto lista para ser accionada o que su primo, de la guerrilla, o de la mafia, no sé... ¡ojo! con su primo. Resulta sorprendente convivir con tal energúmeno que se apodera de su derecho, como español, a celebrar con una salsa monótona los sinsabores de su vida, teniendo como testigo a un edificio de antigua estructura que le soporta trémulo todos los sábados y cualquier día menos esperado, hasta el punto de vibrar el mismo suelo de mi casa. Energúmenos, como digo, haberlos haylos en todas partes. Pero tenía que soltarlo. Lo peor de todo es que hoy no parecían querer salir en un telediario para engrosar la lista de las muertes (muertas) por violencia de género, sino que gozaban armoniosamente de unos licorcitos que, hasta el momento, les mantienen en una calma sorprendente. A ver lo que dura.

martes, 12 de febrero de 2008

DECEPCIÓN EN LA PUERTA DE UN COLEGIO


Hoy me esforcé en pensar qué escribir para el día de hoy en el blog. Profundicé en la prensa por si venía al caso, pensé en transcribir algún sueño mío, o incluso pensé en ir a ver a Gustavo, pero, exhausto del esfuerzo, me dejé llevar por otros aires hasta que me encontré otra irresistible propuesta (¿será que todas me lo parecen?), esta vez con más peso detrás, e incluso con un cuantioso premio (aunque quizás sea esto lo que suela echarme para atrás) porque provenía de la Cadena Ser y consistía en elaborar otro microrrelato. Partiendo de una frase concreta (que es la última del ganador anterior), y con un máximo de 100 palabras, construir un relato en el que haya, al menos, un personaje y un escenario. La frase de la semana era: "Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo". Me salió uno que tenía justamente 100 palabras y como no me decidí a publicar nada en concreto para este blog, pensé que el microrrelato llenaría un hueco. Ahí os lo dejo:






Cojeando, me esforcé por alcanzar la fila de niños que regresaban del recreo. Venían eufóricos, exultantes. Entre todos esos niños debía estar mi hija, a la que reconocería por una fotografía reciente. Un niño me sonreía pícaramente, otro me empujaba suavemente, a ella no la veía, a lo largo de un pasillo por el que todos corrían. Entre la multitud, una bella niña rubia, de ojos claros, exclamaba: "papá, papá". Mi mirada se estremeció, mis piernas temblaron, la escena me sobrecogió, máxime cuando mi mejor amigo de la infancia esperaba a esa niña cuyos ojos eran calcados de los míos.




Os paso el link, por si os apetece participar, y os mando besos sucesivos:

jueves, 7 de febrero de 2008

LA INSTANTANEIDAD DE UN ALUMBRAMIENTO


Volvemos a los relatos. Tomamos como punto de partida el enlace http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/2008/01/ii-edicion-del-concurso-de-suspiros.html.
Se trata de crear un cuento, de temática libre, con una extensión máxima de 50 palabras, no incluyendo las del título. Lo dificultoso, si acaso, estriba en la brevedad del relato. Me ha salido esto:

"El primer sonido le atravesó como una punzada, el ruido de fondo del bombeo del corazón acalorando su gélido sentir y unas aguas fervorosas embalsamándole, cuando, súbitamente, una luz tenue dejó traspasar sus haces por los ojos cerrados e imposibilitados y unas voces cercanas le murmuraron, brindándole una bienvenida clamorosa."



Muchos besos abismales.


miércoles, 6 de febrero de 2008

¿QUIÉN CABE EN EL MUNDO?





Voy a colgar un texto. No es mío. Me lo ha pasado Domingo, mi compañero de trabajo, que estudia Sociología por la UNED y al que aprovecho para saludar. Está firmado por Carlos Fernández Liria, profesor titular de Filosofía en la Universidad Complutense de Madrid. Tomaros cinco minutos, puede ser pesado, no sé, pero dice cosas muy interesantes. Se está intentando conseguir el gráfico al que hace referencia para volcar aquí, aunque puede ser una cuestión de días. El texto dice así:




Si nuestros sistemas políticos fueran lo que dicen ser, en todos los parlamentos se estaría discutiendo ahora una gráfica elaborada por Mathis Wackernagel, investigador del Global Footprint Network (California). Pero no parece que el asunto haya llamado demasiado la atención. Y sin embargo, la gráfica resulta demoledora para las más firmes certezas de nuestra clase política y, por supuesto, para los criterios más evidentes de los votantes. Sobre todo, en un mundo político en el que izquierda y derecha se llenan la boca con los objetivos del "desarrollo sostenible".



La cosa es bien sencilla. El eje vertical representa el Índice de Desarrollo Humano (IDH), elaborado por Naciones Unidas para medir las condiciones de vida de los ciudadanos tomando como indicadores la esperanza de vida al nacer, el nivel educativo y el PIB per cápita. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) considera el IDH "alto" cuando es igual o superior a 0'8, estableciendo que, en caso contrario, los países no están "suficientemente desarrollados". En el eje horizontal se mide la cantidad de planetas Tierra que sería preciso utilizar en el caso de que se generalizara a todo el mundo el nivel de consumo de un país dado.



Wackernagel y su equipo hicieron los cálculos para 93 países entre 1975 y 2003. Los resultados son estremecedores y sorprendentes. Si, por ejemplo, se llegara a generalizar el estilo de vida de Burundi, nos sobraría aún más de la mitad del planeta. Pero Burundi está muy por debajo del nivel satisfactorio de desarrollo (0'3 de IDH). En cambio, Reino Unido, por ejemplo, tiene un excelente IDH. El problema es que, para conseguirlo, necesita consumir tantos recursos que, si su estilo de vida se generalizase, nos harían falta tres planetas Tierra. EEUU tiene también buena nota en desarrollo humano; pero su "huella ecológica" es tal que harían falta más de cinco planetas para generalizar su estilo de vida. Repasando el resto de los 93 países, se comprende que hay motivos para que el trabajo de Wackernagel se titule "El mundo suspende en desarrollo sostenible".





Como no hay más que un planeta Tierra, es obvio que sólo los países que se sitúen en el área coloreada de la gráfica (por encima de un 0'8 en IDH, sin sobrepasar el número 1 de planetas disponibles) tienen un desarrollo sostenible. Sólo los países comprendidos en esa área serían un modelo político a imitar, al menos para aquellos políticos que quieran conservar el mundo a medio plazo o que no estén dispuestos a defender su derecho (¿quizás racial, divino o histórico?) a vivir indefinidamente muy por encima del resto del mundo. Ahora bien, ocurre que el área en cuestión está prácticamente vacía.





Hay un solo país en el mundo que –por ahora al menos– tiene un desarrollo aceptable y sostenible a la vez: Cuba. La cosa, por supuesto, da mucho que pensar. Para empezar porque es fácil advertir que la mayor parte de los balseros cubanos huyeron y huyen del país buscando ese otro nivel de consumo que no puede ser generalizado sin destruir el planeta, es decir, reivindicando su derecho a ser tan globalmente irresponsables, criminales y suicidas como lo somos los consumidores estadounidenses o europeos. Tendríamos muy poca vergüenza, desde luego, si condenásemos la pretensión de los demás de imitar el modo como devoramos impunemente el planeta. Pero se reconocerá que la imagen mediática del asunto cambia de forma radical: de lo que realmente huyen es del consumo responsable en busca del Paraíso del consumo suicida y, por intereses estratégicos de acoso a Cuba, se les recibe como héroes de la Libertad en vez de cerrarles las puertas como se hace con quienes huyen de la miseria, por ejemplo, de Burundi (a quienes se trata como una plaga de la que hay que protegerse). A nivel general, la cosa es mucho más interesante. Es muy significativo que el único país sostenible del mundo sea un país socialista. Suele ser un lugar común entre los economistas que el socialismo resultó ruinoso e ineficaz desde un punto de vista económico. Sorprende que, en un mundo como éste, la falta de competitividad pueda aún considerarse una acusación de peso. En términos de desarrollo sostenible, la economía socialista cubana parece ser máximamente competitiva. En términos de desarrollo suicida, no cabe duda, el capitalismo lo es mucho más. El mayor reproche que se puede hacer al sistema capitalista es, precisamente, que es incapaz de detenerse e incapaz incluso de ralentizar la marcha. El capitalismo es un sistema preso de su propio impulso. El economista J. K. Galbraith decía que "entre los muchos modelos de lo que debería ser una buena sociedad, nadie ha propuesto jamás la rueda de la ardilla". Sin embargo, nos encontramos con que, aunque nadie lo haya propuesto, este absurdo parece haberse impuesto de hecho: en el capitalismo cada uno trata de imponerse a la competencia aumentando su productividad para no perder mercado pero, al encontrarse todos en la misma carrera, no llega nunca el momento que pueda detenerse este aumento ininterrumpidamente creciente del ritmo y la consiguiente dilapidación de recursos. Ante esta dinámica absurda, debemos exigir el derecho a pararnos. No podemos permitir que nuestros ministros de Economía nos sigan convenciendo de que "crecer" por debajo del 2 ó 3% es catastrófico, y no podemos permitir que nuestros políticos sigan proponiendo como solución a los países pobres que imiten a los ricos. Es materialmente imposible. El planeta no da para tanto.




Cuando proponen ese modelo saben que, en realidad, están defendiendo algo muy distinto: que nos encerremos en fortalezas, protegidos por vallas cada vez más altas, donde poder literalmente devorar el planeta sin que nadie nos moleste ni nos imite. Es nuestra solución final, un nuevo Auschwitz invertido en el que en lugar de encerrar a las víctimas, nos encerramos nosotros a salvo del arma de destrucción masiva más potente de la historia: el sistema económico internacional.

Aquí está el gráfico aludido, como se prometió.

lunes, 4 de febrero de 2008

ENHORABUENA A MANUELA VELASCO


Apoltronado en el sofá contemplaba la Gala de los Premios Goya. La gala de las sorpresas podía ser el puente para que pudiesen premiar la película en que una compañera mía de la infancia había participado. Su nombre: Manuela Velasco. Su trabajo: [Rec]. Tenía la ligera sensación de que iban a pronunciar su nombre, aunque las apuestas no estuviesen de su favor. Anoche fue la gala de las sorpresas, y resultó premiada con dos estatuillas esta película. Primero fue el premio al mejor montaje. Después ocurrió lo deseado: el premio a la mejor actriz revelación fue a parar a aquella niña rubia que jugaba conmigo y con mi hermano en los alrededores de la casa de mi abuela, quien era vecina de la abuela de esta niña de pelo rubio, en el barrio de Cuatro Caminos, enfrente de la desaparecida estación de Alenza, siempre sonriente y a la estela de su hermana, con la que también jugábamos. Sus tíos son grandes amistades de mis padres a los que felicito por este premio. Con especial cariño, enhorabuena por tu trabajo, Manuela.