sábado, 15 de diciembre de 2007

TU AÑO EN MENOS DE 365 PALABRAS

He visto una propuesta en la red que me ha parecido interesante: contar en menos de 365 palabras todo lo que para ti ha supuesto el año 2007. Cualquiera que tenga un blog puede participar en este concurso publicando una entrada al respecto con el microrelato que resuma su particular año, aunque todavía no haya acabado. He aquí el mío.

A falta de poco para terminarse, el 2007 ha sido un año de vientos calmados. Con una sensibilización mayor por la preservación del planeta, los años se suceden en el calendario automáticamente y acelerados y ya no son tantos los acontecimientos contradictorios que modulan tus emociones, sino vivencias más calmadas, más maduras, quizás responsables, sin que en ningún caso se haya hecho caso omiso al buen sentido del humor y a las ganas de vivir en armonía. Murieron algunos personajes de trascendencia, se sucedieron catástrofes naturales, hubo crisis hipotecarias, mientras a mí no me sucedía nada de relevancia que no fuese seguir luchando por mis ideales como persona y seguir enriqueciéndome como tal, angustiado quizás con que a más de la mitad del planeta les faltase lo más mínimo para subsistir y con que las penas se sucediesen las unas tras las otras en los telediarios. Año de estabilidad después de las tormentas, con la ilusión y las ganas de no dormirse nunca y de exprimir el jugo de la vida suavemente, con maestría, de la cual uno aprende día a día y nunca lo aprende todo, con el sueño de que las cosas mejoren un poquito cada vez, sin brusquedades, proclamando el amor y las buenas intenciones mientras se consume el mechero de la vida y el 2008 ya nos llama a la puerta, parece que antes de lo que le correspondiera.





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"AUTORRETRATO", UNA FOTO QUE ME HA GUSTADO


No es mía. Aprovecho para decir que mi desconocimiento de los derechos de autor en internet es importante, pero dejo constancia de que aquí no se persigue ningún objetivo que no sea el lúdico, por si hubiera que explicárselo a un juez comprensivo que sepa escuchar.

LOS OTROS SEIS MIL MILLONES


Este maravilloso proyecto lo he encontrado en el blog de Rocío y creo que es tan interesante como pienso que lo debemos dar bombo porque parece que favorece la cohesión de la que Gubia decía llamarse admirador y que tan importante es para que todos creamos estar en el mismo barco del planeta.



EL CALENTAMIENTO GLOBAL MUY GRÁFICAMENTE


Ayer un compañero de trabajo me dio una charla pedante y pomposa para intentar convencerme de algo que no distaba mucho de lo que decía el primo de Rajoy. A palabras necias, oídos sordos. Me gustaría que me diera su opinión después de ver este vídeo que me ha enviado Cyllan, quien me dice que ahora tiene su blog aparcado y a quien aprovecho para saludar. Buen fin de semana a tod@s.


jueves, 13 de diciembre de 2007

ERRORES Y PELLAS EN LAS CORTES


Hace poco, con motivo de la aprobación de la Ley de Presupuestos Generales del Estado, aluciné cuando leí que había sido llevada a trámite por los votos erróneos de algún diputado del PP y por alguna que otra ausencia en el Congreso por parte de este partido. Ahora ha tocado en el Senado, ayer, con motivo de la aprobación del Mandato-Marco del Ente Público RTVE, al que el PP lleva tiempo oponiéndose tajantemente. ¿Pero qué sustancia fuman estos senadores del PP para que uno de ellos se haya equivocado y haya votado a favor y otro, por error (?), se haya abstenido?. Algo no muy bueno debe ser. Estos dos incidentes han llevado a que la normativa en cuestión continúe su andadura por solo un voto de diferencia, 115 frente a 114, añadido todo por el hecho de que 20 senadores se han ido de pellas. La cara de algunos se debe haber quedado a cuadros. ¿Lo saben esto los votantes del PP, lo que hacen con sus votos?. No tiene nombre esto. ¿Es lo que fuman o el morro que le echan?. Pero no acaba ahí la historia. El día anterior hubo otra. Votaciones para una enmienda a la Ley de Medidas de Impulso a la Sociedad de la Información, que incluye la desaparición del canon digital en el plazo de un año. Vota el PP y se equivoca y vota a favor. Pero ¡bueno!, ¿qué os pasa?. Pues pasa que como siga así en las próximas votaciones el PP nos hará un favor a todos y el canon digital desparecerá (los únicos que lo quieren son los del PSOE, que se han quedado solos en esto). Lo más gracioso de todo es que viene la Portavoz de Cultura del PP en el Congreso y dice "ha sido un error, lo reconocemos", en vez de no decir nada y callarse. Luego, el Portavoz de Industria rectifica: "lo hemos hecho conscientemente, no nos hemos equivocado". No se aclaran, parece que les estén tomando el pelo los políticos a los votantes del PP, aunque el problema es que este tipo de acciones u omisiones no entienden de colores políticos. Pero lo más gracioso es al final que los mismos diputados del PP no saben ni lo que van a votar en las próximas votaciones en el asunto del canon digital, porque ahora ven que abogando por la desaparición del canon enganchan a un público joven al que desean ansiosamente. Paradojas de la política. Nosotros, abismo, no nos dejaremos engañar, al menos nos quejaremos, y cuando menos no fumaremos esas sustancias tan raras.

EMOCIONES TRAS UN MÓVIL


Hoy he tenido dos conversaciones telefónicas destacables, una con mi pareja, otra con mi madre, por este orden, cada una de ellas rondando la media hora. Han sido de esas conversaciones que te hacen pensar que por mucho que hables todos los días con alguien, no son tantos los asuntos importantes que se abordan, pero hay días en que esas conversaciones resumen muchas otras tenidas antes.







Primero, como digo, hablo con mi pareja. Me cuenta que hoy ha llamado al abogado para acelerar los trámites para que el inquilino, paquistaní, de un local comercial del que es propietario su familia lo abandone definitivamente por no haber sido correcto con los pagos, incluso debiendo ya unas mensualidades. El abogado le dice que lo mejor sería enviar un burofax al inquilino antes de iniciar la demanda, pero he aquí el problema. ¿Dónde enviárselo si se ha marchado del local, que lleva cerrado cuatro días?. Ahí empieza la labor investigadora de Manuela, la audaz Manuela que se dirige a otro negocio que el paquistaní regenta, una inmobiliaria, para comprobar que también está cerrado y leer en un cartel "Se traspasa". ¿Se habrá fugado el paquistaní?, es lo primero que piensa. No puede ser, es lo segundo. Se dirige, acto seguido, hacia un centro comercial donde un compatriota suyo regenta otro local. Su supuesto amigo le dice a Manuela: "No te creas nada de G., es bastante mentiroso y malqueda, ve a tal dirección, que allí G. regenta otro local, allí le puedes encontrar". ¿Otro local?, piensa Manuela. Después de colgar el teléfono, Manuela se dirigiría a ese otro local, pero ya no sé qué ha sucedido después. Antes de colgar, Manuela me ha dicho "estoy muy jodida", totalmente entendible después de que hace justamente tres años, el mismo 20 de diciembre en que Abismo, aquí presente, cumplía 32 años, su madre sufrió un infarto cerebral y desde entonces requería de la atención constante, 24 horas, por parte de sus dos hijas fundamentalmente y una o dos chicas, por temporadas, apoyando. Esto ha supuesto que como la madre vive en Peñíscola y sus hijas en Valencia y en Madrid, los viajes cada diez días por un tiempo de cuatro hayan sido la tónica habitual, siempre después de que la situación se haya podido normalizar porque al principio todo fue peor (tardaron tiempo en que contratasen a una chica para que les ayudase y encima eran novatas en los cuidados que la madre exigía). Pero además, después, su madre vuelve a enfermar. Una operación a vida muerte. Continúa en la UCI. Pero hoy hay novedades. El otro día el doctor les decía a la familia que no había ninguna esperanza. Ayer la enferma mostraba una mejoría (mi madre me hablaba luego de un fenómeno que desconocía llamado "mejoría de la muerte", y se me han puesto las espinas como escarpias, abismo no tiene pelos, tiene espinas). Hoy el doctor les da dos noticias. Como siempre, una buena y otra mala. A veces es mejor que te digan primero la mala. El doctor les da la buena: "es muy probable que se recupere". La mala: su estado de salud es tan delicado que la tónica habitual que tenéis de hospitales se acelerará y el hospital será su segundo hogar". "Estoy muy jodida", me ha dicho Manuela. Después hemos hablado del viaje que teníamos pensado para Marrakesch el último día del año. Si la madre continúa hospitalizada, menos mal que lo llegamos a prever y nos devolverían el dinero en su totalidad. Si no lo está, el viaje lo hacemos, aunque la estadística aconseja ser pesimista pues no sería el primer viaje que se nos cayese en el último momento por los mismos motivos. Así que a soñar. Espero que este año mi cumpleaños venga acompañado de un poquito más de la suerte a la que nos acostumbra últimamente.





La conversación con mi madre era sobre mi abuela, la abismal F., abismal porque a sus 88 años, después de haber estado encantada con que una encantadora chica ecuatoriana, N., le cuidase, después de haber decidido que esa chica se quedase a vivir con ella, después de haber "aceptado" que N. se trajese a su niña de nueve años de su país, ahora a mi abuela le entran celos y le hace la vida imposible a N. Mi madre es consciente de que mi abuela, por muy bien que ande de la cabeza, necesita de la atención de otra persona y entonces le ofrece la posibilidad, resignada porque N., como digo, es un encanto y mi abuela lo prefiere, de que se vaya a vivir con sus hijas, y eso a mi abuela no le hace gracia. Así que abuela, ¿cómo lo hacemos?. A veces creo que con la vejez nos volvemos infantiles, cabezotas y más egoístas. Tanto mi madre como yo nos hemos propuesto no perder la poca clase que tengamos al envejecer.






Estas son las conversaciones que he tenido hoy. Al descolgar el teléfono, he estado disfrutando con los cinco minutos de uno de los programas más ingeniosos que hay, de los pocos, en tv, "gomaspumenglish", que parece que lo hayan ideado los cracks de gomaespuma al sabor de alguna hierba genuina. Besos por doquier.

sábado, 8 de diciembre de 2007

REFLEXIONES SOBRE UN VIAJE POR EL NORTE DE ESPAÑA

Este fin de semana hemos tenido que precipitar la vuelta a casa. Una llamada, mientras disfrutábamos los últimos paseos por San Vicente de la Barquera, ha hecho que cambiásemos el destino en el socorrido GPS por un ineludible y siempre expectante Madrid. La madre de Manuela había sido operada a vida o muerte la noche anterior, mientras dormíamos plácidamente. El destino era Santander pero ahora, con esa llamada, el destino era otro. Volvimos a Madrid y Manuela continuó hacia Peñíscola, donde su madre estaba (y continúa a día de hoy) ingresada en la UCI . Hoy martes, continuamos muy pendientes de su evolución, pero mientras tanto me distraigo escribiendo en el blog. Cierto es que he estado dedicándome a continuar el proyecto estancado de "Zabaleta", quizás también por los apoyos que he recibido, y eso ha levantado mis ganas de continuar, y es que aunque todavía me falta por definir algunas situaciones de la novela, creo todavía que el proyecto es viable, y esto me da fuerzas para seguir, pues como dije llevo tiempo pensando en la trama.


Ése había sido el final del viaje. Pero como todo final, tenía un principio. El principio fue en Bilbao, la noche del miércoles, con una toma de contacto con su casco viejo, tan encantador, plagado de tascas, bares, herriko tabernas, pintxos y más pintxos, y gente muy pacífica y civilizada transitándolo. La gente abandonaba sus abrigos en un rincón del local sin el miedo que en Madrid uno tiene a que se lo sisen. Te sirves tú mismo los pintxos y el dueño del bar no tiene miedo de que tú le engañes. Es una ciudad que inspira confianza, que está muy cuidada y que es muy tranquila, acogedora. Puedes tomarte tu zurito (como una caña de cerveza) en la calle tranquilamente; se puede beber en la calle. Además no hay tanta policía como en Lavapiés o Malasaña, barrios de Madrid en los que la situación ha pasado de claro a oscuro. Los zuritos se sirven en vaso ancho, como los de sidra, y casi todo se sirve en este tipo de vasos. No utilizan el vaso de tubo para absolutamente nada, lo que es un absoluto acierto (¿para qué se sigue utilizando este tipo de vasos que nació con la única finalidad de afilar el perfil de las delgadas estrellas de cine cuando lo sostenían con sus guantes aterciopelados?). Además, todos los bares lucen sus pinchos, por muy mediocres que sean (los bares), pero la calidad gastronómica de todos ellos le da mil vueltas de tornillo a la mayoría de los que conozco en Madrid, la mayoría de los cuales dejan mucho que desear (me quejo de que en mi ciudad sin una buena billetera o sin conocer bien los rincones, el que viene de fuera se encuentra con que se la dan en muchos sitios).

La noche del jueves fue más animada pues salimos con nuestros camaradas de Bilbao, desde pronto por la tarde; Andeka, Itxaka (los de la foto) y Jon. Por la mañana habíamos visto el espectacular Gughenheim, que brota de entre los edificios de casas y que luce más por el continente que por el contenido. Y al sabor de los chacolís y de los zuritos compartimos bellas conversaciones sobre la ciudad de Bilbao, sobre Euskadi y sobre el problema vasco, después de las cuales pude recapacitar y concluir que me habían enriquecido a la vez que acercado a un problema que es real, que existe, que es de ellos y que deriva del sentimiento de nacionalidad, el cual para ellos es un sentimiento del que no se pueden desprender, que es innegable y universal en sus gentes y que me decía Jon que, siendo así, ¿por qué no canalizarlo de una manera positiva, todo lo cual es posible, y dejar de reprimirlo y negarlo porque eso no conduce más que a la generación de violencia y de odio extra?. Reflexioné la propuesta. Él me habló del deporte, me dijo "¿qué existe en la vida capaz de despertar el sentimiento nacional y ensalzarlo de forma más intensa que el deporte?. Creo que nada". Añadió además que probablemente con el deporte él sintiese calmada su hambre de nacionalismo. Pues canalicemos ese sentimiento nacional a través de los cauces deportivos, decía, canalicemos esa energía en un sentimiento positivo. ¿Por qué nos negamos a que exista una selección vasca, o una Liga Vasca?. ¿No tiene un pueblo el derecho a agruparse deportivamente con los equipos que elija?. El deporte podría ser una vía de escape con el que la gente desarrollase su euforia de una manera pacífica. Además, los vascos consideran bochornoso que la pelota vasca, u otro deporte marcial que ahora no recuerdo, que son de procedencia vasca, estén regulados y mediatizados por una Federación Española que es ajena a la cultura que subyace detrás de estos deportes y que les brinda imperativos y les condiciona las reglas que fueron por ellos creadas. ¿Por qué no hacer caso a la propuesta de los vascos o de los catalanes para que puedan formar su propia selección como en el Imperio Británico lo hacen Gales, Escocia o Irlanda?. ¿Sería esta medida suficiente para calmar las ansias del resto de los nacionalistas?. Lo que sí tengo claro es que esa noche aprendí mucho de Jon, de Andeka y de Itxaka y por momentos creí que la paz era posible. Hoy dudo de todo.

Por cierto, la fecha de esta entrada es de martes, 11 de diciembre, y no sábado 8 como aparece, que es cuando empecé a esbozar un borrador.

lunes, 3 de diciembre de 2007

"ZABALETA", UN PROYECTO ESTANCADO

Voy a confesar un secreto. A finales del año pasado me dio por comenzar a escribir un relato, mientras trabajaba en una biblioteca. Poco a poco ese relato comenzó a tomar una forma y comprendí que si me empeñaba lo podría convertir en una novela. El relato comenzó a llevarme por otros caminos y hoy en día es un proyecto de casi noventa páginas de word a las que me falta dedicarme en serio, pues me he encontrado en un estancamiento que se prolonga ya por unos meses y ahora mismo no encuentro las ganas para ponerme otra vez con ello. Mi deseo es continuar alguna vez, pero es cierto que nunca encuentro el momento. Como en cualquier caso la idea no se me quita de la cabeza, valga publicar unos párrafos en este blog, para no dejar de lado este proyecto del que todavía mantengo un cierto cariño.
La historia narra algunos pasajes de la vida de un joven madrileño de origen vasco, llamado Zabaleta, quien después de haber sufrido un internamiento psiquiátrico decide acudir a un psicoanalista, el doctor Varela, con quien mantiene unas profundas conversaciones y a quien no deja de sorprender con la sinuosidad con la que se va bandeando en la vida, fruto de lo cual el Doctor Varela decide escribir el relato de su vida, a la par que abandonar definitivamente el ejercicio de su profesión.
El relato se sucede entre el momento actual y el pasado, intercambiándose. El momento actual se sucede en tan sólo un fin de semana, en el que el protagonista se plantea toda su vida, incluso intentando escribirla. El pasado se sucede desde el momento en que Zabaleta emprende su desventurado viaje a Londres, financiado por su tío materno, el Tío Germán.
...
"El tío Germán era un hombre adusto, de complexión fornida y amante de interminables lecturas de visigodos y sátrapas que le tenían embriagado y ausente la mayor parte del día. Acostumbraba a lucir en su pelaje espeso, a pesar de su avanzada edad, un sombrero de copa que alargaba la figura de su tez y que le ofrecía un aspecto más siniestro, si cabía. Decía ser un amante del buen vino y no gustaba relacionarse con la muchedumbre, pues decía que desde que su mujer, la tía Pilita, había fallecido, aquél con quien se encontraba venía a darle un pésame fariseo y ya, de paso, le predicaba con sus zanganerías. No hacía ni un año de lo de la tía y él había optado por enfrascarse en su cómodo piso de la calle Arturo Soria, entretenido, decía, con sus irrenunciables partidas de ajedrez vía Internet".
...
Una historia de amor empapa al relato, la que el protagonista mantiene con Camila, en todas sus fases...
"Zabaleta comenzó su relato con ánimo de encontrar un sosiego y, sin embargo, si acaso se acaloró más, pues sentía un tintineo martirizante cada vez que en varios momentos le venía el nombre de Camila a la cabeza. En realidad ella era una perfecta combinación de la persona a la que realmente había amado pero también de la que le había inducido a conocer los rincones más aciagos del amor, abocándole en una completa indiferencia. Así lo había meditado en repetidas ocasiones, pero su perenne inconformismo, innato a él, no era más que el causante de ese peculiar estilo de vida que le había tamizado y que entendía a ésta como un particular viaje lleno de sendas e islas a las que se adentraba uno por medio de pasajes marítimos o ferroviarios que venían a ser todas las materializaciones a las que en la vida uno se apegaba, siempre con la ilusión de encontrar ese paraíso terrenal o humano al que confinar todo el amor por la vida. Zabaleta, inmerso ahora en la pesadumbre, era ante todo un ser profusamente optimista, y estaba completamente convencido de que su isla no era la anhelada pero también de que se había cerrado la venta de billetes y de que prefería conformarse con una buena meditación y un aliño de sabiduría para ese status quo que le tocaba vivir en un paraje ambiguo y en cierto modo desconocido. Porque no había nada más que pudiese desconcertar a Zabaleta que la dualidad de las personas. Camila era todo antítesis; transparente y oscura, yin y yang, todo y nada. Pero, ¿quién era nuestra otra protagonista, a los ojos de Zabaleta, siniestra y exaltadora?"
...
Y en Londres se suceden huracanes...
"Decidió levantarse e ir al baño. No tenía ganas de orinar, ni necesitaba nada del baño, pero allí se encontraría sólo, intentando huir de esa mesa en la que todos sus comensales se habían convertido en bestias. Nadie sintió que se ausentase, pues lo hizo suavemente, sin dirigir la mirada hacia nadie. Tomó las escaleras y el corazón le latía arrítmicamente, con una respiración desacompasada. En el baño, todo eran espejos, y Zabaleta creyó encontrar sosiego al verse reflejado. Pero se miraba con detenimiento y entonces se contemplaba como diferente a sí mismo, con una mirada extraviada y la boca algo desencajada. Las comisuras de los labios estaban manchadas de un color ámbar y sus labios parecían amoratados. Se detuvo en la contemplación y empezó a dejar de oír lo externo. Sólo el eco de sus pensamientos le inundaba, y éstos empezaron a evadirse lentamente, hasta apenas pensar en nada. Surgió de pronto una sensación de rareza frente a sí mismo, se miraba como desde fuera, podía entender que esa cara que veía era la fortaleza que le tenía atrapado y que ahora se sentía fuera de ella. Sus ojos vistos por sus ojos. Una cara que se reflejaba, que no movía ningún músculo, que se sentía dominada, frenada. Que su cara no era su cara, que ése no era él. Y sintió como si volviese fulminantemente contra sí mismo, como si del espejo rebotara hacia ese cuerpo suyo que ahora le atrapaba, sin posibilidad de retorno, sintiendo el golpe".
...
"Entraron a un videoclub al que se accedía bajando unas escaleras. Un mostrador a la izquierda, con un árabe que no se inmutaba, y varias pantallas de video, con imágenes distintas, una como de telediario; una voz que salía de algún altavoz pero en un volumen al que había que prestar atención para entenderlo; una pequeña cámara en el techo que vigilaba todos los movimientos. Paul y Sophie se entretenían en la sección de terror, mientras Zabaleta encontraba pocos títulos que llamasen su atención. Otras películas, ya las había visto; La naranja Mecánica, Alguien voló sobre el nido del cuco, El Resplandor... Grandes películas, pensaba Zabaleta, pero que no eran de su agrado para ese día en que sólo le preocupaba qué hacer a partir de ese mismo instante, cuando empezaba a sentirse ausente. Observó detenidamente el local. Un informador en una de las pantallas y esa cámara giratoria que se teledirigía a él con sus movimientos. El informador gesticulaba bastante; parecía como si quisiera disimular algo ante Zabaleta, quien creía captarle en sus gestos, e incluso podía escucharle ahora atentamente. Zabaleta sentía que el informador le quería decir algo y se acercaba un poco más a la pantalla. La cámara se movía ligeramente. Zabaleta podía entender perfectamente como el señor de traje oscuro hablaba con un deje más serio y entonces le informaba para que estuviese alerta con respecto a sus acompañantes; para que se planteara qué hacía allí, en aquella ciudad, lejos de su sitio, de su lugar. Come on, come on, decía, con una voz melódica que no dejaba de ser enérgica. La voz decía también entenderle, entenderle perfectamente. La cámara entonces buscaba otro ángulo, ahora sobre su posición, y Zabaleta comprendía en ese momento que la pantalla y la cámara estaban interconectadas, y que sus pensamientos eran el punto de enlace con el informador. Lo que él pensaba era procesado por una cámara que, adosada a un ordenador, podía comunicarse a muchas millas de distancia, con el presentador de un telediario local. Y el peligro de seguir allí, en esa casa de aficionados a la heroína y de consumidos por la desgracia, que le terminaría de esquilmar todas sus fuerzas, era presagiado por un hombre de sentimientos que desaparecía ahora de la pantalla. Una carta de ajuste ocupaba su lugar y Zabaleta miraba ahora a sus compañeros, que pretendían alquilar un vídeo musical, de un concierto de The Cult."
...
"Tumbado en la cama, la música formaba parte de su ser. Y no se le podía ir, por mucho que lo intentara, de la cabeza. Zabaleta creía hacer música ahora, con su mente, tumbado en la cama. Y creía hacerlo a la perfección. En su interior, esto martirizaba su espíritu, pero él creía componer una música que, ¡claro!, estaba siendo reproducida abajo, en el salón de la casa de la misma Sophie, con todos los dantescos personajes que Zabaleta escuchaba reír arrítmicamente. Debía de haber una cámara allí, en la habitación. Pensó que pudiera estar infiltrada bajo algún mueble de la casa. Observó con detenimiento todo lo que le rodeaba. Había algo extraño encima de la puerta. Quizás fuera un raíl para que la puerta pudiera abrirse, tan típico de algunas puertas inglesas. Pero Zabaleta intuyó que ésa debía ser la cámara. Intentaba esconderse de su alcance, pero pensaba que daba lo mismo, que la tecnología alcanzaba a leer los pensamientos y que, por eso debían atravesar todo lo que se encontrasen. Y se agobiaba intuyendo cómo su cabeza era vigilada de esa forma, cómo el alboroto de sus compañeros era fruto de lo que de él espiaban, cómo ningún pensamiento suyo escapaba al conocimiento de los otros. El pánico le sobrecogía; sus músculos parecían haberse dado la vuelta; apenas unas fuerzas para poder descansar. El sueño esta vez sí le llevó consigo".
El día que termine esta novela, os la haré llegar

ÚLTIMA HORA: "ALUMBRAMIENTO" NUEVO PREMIO EN BERLÍN


Unos posts más abajo me dediqué a hablar de mi vieja amiga, Sara Párbole. Ya alucinamos todos cuando el último cortometraje en que ella había participado, "Alumbramiento", de Eduardo Chapero-Jackson (en la foto), ganó el León de Oro en la Mostra de Venecia al mejor cortometraje. Ahora ella está celebrando la consecución en la noche del sábado del premio otorgado por la Academia del Cine Europeo, en Berlín, al mejor cortometraje. Una realización que pone en el debate el tema de la muerte y que está siendo aclamada en todos los festivales por los que se exhibe. Se habla de este corto como posible candidato futuro a los Oscars. Ya lo es su anterior trabajo, "Contracuerpo", que competirá por la estatuilla dorada en la próxima edición. Larga vida al éxito de este nuevo director, de grandes maneras, y al de mi amiga, Sara Párbole, porque se lo merecen.

sábado, 1 de diciembre de 2007

GUSTAVO, UNA REFLEXIÓN DE LA AMISTAD


Ayer por fin vi a Gustavo. Me lo encontré en las sesiones vespertinas de ajedrez del Parque del Retiro, devanándose los sesos. Gustavo está ahora en otras cosas. Le costó ganar su partida, pero un mate con un alfil como el de ayer fue digno de recordar. Al terminar, me pidió que le acompañase y nos retiramos al estanque del Palacio de Cristal. Allí, en un banco con una bonita perspectiva del estanque, y con su brazo por encima de mi supuesto hombro, me comentó:



- ¿Sabes, Abismo?. Me empiezo a preguntar algunas cosas. ¿Qué será de nosotros cuando estemos finalmente separados y todos mis secretos anden contigo?. Cuando ya no seas mi compañero y anden contigo todos nuestros recuerdos, cuando ya nada te importe y hables de mí sin que nada te importe, cuando seas infiel a nuestra memoria. ¿Qué será de nosotros?


- ¿Dejar de importarme tú?. No lo creo -le contesté, con firmeza-

- Bueno, eso es lo que podemos decir ahora, pero el tiempo es traicionero y todo se vuelve en contra -añadió-. Todo muta, todo se borra, nada es inalterable, ¿no crees, Abismo?.


- Jamás, Gustavo, tú sabes perfectamente quién soy yo -le dije- y jamás te sería infiel, lo sabes perfectamente.
Gustavo miró al cielo, que en ese momento parecía estar cubierto de un manto transparente, permaneció unos segundos callado y entonces añadió:

- A veces, Abismo, sueño contigo. Sueño con que desapareces de tu mundo irreal y te vienes al nuestro, el mundo de lo físico, de lo tangible, y todo el mundo te puede ver y tocar, y te haces mortal. Dejas de no existir y entonces me traicionas y desvelas mi secreto. El sueño se me repite.


En ese momento, me transporté unos metros al interior del parque, sin que Gustavo se percatase, y le quité un sombrero a un señor que leía un periódico en otro banco. Simulé un golpe de viento y el entretenido lector tampoco se percató. Reaparecí en un instante con Gustavo y entonces le interrumpí:


- ¿Ves?, Gustavo, a mí no me pueden tocar, pero yo sí lo puedo hacer, soy real, nada que ver con la irrealidad, existo, toma éste sombrero. Y como tal es la verdad, también lo es que tu secreto andará siempre conmigo, sólo conmigo, por el devenir de la eternidad que me pertenecerá sólo a mí. Y lo sabes.


Gustavo sintió un alivio, pareció incluso descongestionarse de súbito y un cierto halo pareció iluminarle al tiempo que le aparecían unos pueriles coloretes. Dijo sentirse más tranquilo y entonces su viejo problema se instaló de nuevo en él, diciendo:


- Creo, Abismo, que la confianza que tengo en ti es mayor incluso que la que tengo con la Lucy. Lo de ella y mío no sé cómo transcurrirá, quizás tengas razón y nuestro lago no sea el mismo, pero eso ahora no me importa, sólo sé que el amor que siento por mi verdadero amigo, que eres tú, Abismo, sé de verdad que es incondicional, no entiende de maldades ni de mentiras, es sublime. Y por eso, quiero que lo sepas para siempre.


En ese momento, tuve que abandonarle, aun con la intensidad con la que sus palabras se instalaron en mí, pues había una cita en otro lugar, en la que debía reaparecer, pues mi presencia se había hecho allí necesaria. No era por tener que ayudar a nadie que fuese más importante que Gustavo, pero con él no había más que añadir. Ya no importaba que no estuviese con él, pero sus palabras se habían venido conmigo, adosadas a mí, transmitiéndome una grata energía, impregnándome de una esencia revitalizadora, entregándome la fuerza que me lleva a escribirlas. Pronto también iré a verte a ti, lector, cuando tu sentimentalismo por fin necesite de mi consejo. Apareceré cuando menos te lo esperes.

martes, 27 de noviembre de 2007

RETAZOS DE UNA MUERTE EFÍMERA


Manchas teñidas de un rojo

como la luz

que penetra en mi quirófano;

apenas una hora antes llegas tú

haciendo gala de tu brillante guadaña

espeluznante y atroz

desmesurada

y desciendo a través de tu luz blanca

como esclavo de tus garras

abruptamente me despido

un pozo interminable me traga

con violencia

y con finura

miles de recuerdos que resuenan

precipitados por un abismo

infinito y raudo
acelerado

como fuertes bofetadas

teñidas como de sepia

como dardos envenenados
endemoniados

que se agolpan con virulencia

que me asolan sin respuesta

que me aturden con tristeza

que me atrapan

y que me recuerdan

que no hay nada que vuelva

que ya es el momento

que ya no hay espera.







Y estrepitosamente caigo

sobre un silencio incómodo

cuando todo se evapora

lenta y suavemente

como un sueño

que se desvanece

haciendo sordo al presente.

Apenas oigo ya nada

sólo en mí resuena

con calma exagerada

como un tambor de esperanza

el eco de tu alma.

sábado, 24 de noviembre de 2007

CUANDO LA PUBLICIDAD ES GRANDE...




Olé a esta joya de la publicidad, con un encanto abismal, con infinitud de arte, con una justa finalidad... Una gran empresa detrás.



En este abismal mundo en el que nos encontramos, nos vemos francamente agradecidos con los atisbos, ínfimos y abismales, que de ti puedan venir, mejor cuando sean francos y sinceros.

Como había prometido, dejo el nombre de la agencia francesa que ha realizado el spot. Se llama TBWA y éste es su enlace http://www.tbwa-france.com/

El autor es el co-presidente de la agencia, Erik Vervroegen. http://www.ihaveanidea.org/creatives/index.php?/archives/128-Erik-Vervroegen.html

Ha recibido recientemente el prestigioso León de Oro en el Festival de Venecia de 2007.

viernes, 23 de noviembre de 2007

OTRO MADRID



¡Qué distinta puede ser una ciudad sin tener que salirte de ella, caminándola, traspasando sus fronteras internas, observándola!. Así es mi ciudad; ese Madrid distinto, separado, dividido, incluso deshumanizado. Ayer marché, como todos los días, caminando de casa al trabajo, receptivo a los aconteceres. Mi trayecto comienza desde la calle Mesón de Paredes (Lavapiés/ Tirso de Molina), se extiende por la Plaza Jacinto Benavente tomando la calle La Cruz y luego, por Cedaceros y Alcalá, hasta Cibeles. Y ahí me quedo. A lo sumo, abandono ese hábitat que me inspira confianza y penetro en los inicios del Barrio de Salamanca, quizás para ir al banco o para cualquier otro menester. Pero, aunque asombrado por las diferencias, no consigo tener la sensación de haber traspasado esa frontera, que pudiera ser la misma Puerta de Alcalá, pues vuelvo a mis orígenes después y nada ha sucedido. Pero ayer era distinto, pues del trabajo penetraba en esos interiores rumbo a la consulta de mi oftalmóloga (la que me operó de la miopía cinco años atrás y a la que ahora regreso por las dioptrías con las que me encuentro -que sepan los operados, por otra parte, que esta técnica del láser no está lo suficientemente estudiada por su escasa trayectoria y no se conocen bien los efectos-), que está sita en la calle Castelló, en el corazón de ese barrio que no ha cambiado tanto, sobre todo sus gentes, en los últimos cincuenta años, el Barrio de Salamanca. ¡Qué distinto ese otro Madrid!.






Gentes con otras prisas, guiados por distintas miradas, ataviados con otras ropas, con otras perspectivas. Algún mendigo, yo como observador; varios mundos en uno. Me gusta pasar desapercibido. Al momento, tomo la calle Velázquez, y paso por delante del prestigioso Hotel Villamagna. Allí me encuentro una escena escandalosa. Un botones jovencito, afroamericano, embotonado. Otro botones, español, madurito, con cojones. Unas cuantas maletas en el suelo. Un grito del español al negrito, con una voz que daba miedo: ¡me cago en la hostia, jodeeeeer!. El botones jovencito se dirige a ayudar al malhumorado y entonces éste le contesta: "¿Ahora?, ahora no hace falta, quita", y le hace un gesto despectivo, refunfuñando. El joven botones se va abochornado, alucinando con el genio de su compañero, quien se dispone él solo a recoger todas las maletas. Yo escapo de la escena indignado. Una pequeña escena racista que ha pasado desapercibida.








Constantemente me topo con establecimientos de todo tipo que hacen los últimos preparativos para inaugurarse. Todos en plan exquisito, elegante, refinados en el detalle. Muchos restaurantes a mi paso, en un radio pequeño, no precisamente accesibles. ¿Un barrio que está creciendo?, me pregunto. Tiendas minimalistas de muebles sofisticados, gentes distintas deteniéndose en los escaparates, hombres trajeados, bastones, corbatas, distancias, apariencias. "Buenas tardes", escucho, en una voz seria, señorial, cuando todo un caballero abandona una de esas tiendas y se echa encima un sombrero, con elegancia, todo lo que me parece retratado de una fotografía de la época de mis abuelos. El retrato de un Madrid que no ha cambiado mucho, que no tiene que ver mucho con el mío, el de Lavapiés, a unos pasos caminando. La aristocracia más rancia, a saber con qué cosas en la cabeza, mirándome con recelo. Me pregunto por sus cavilaciones cuando pasa ante mis ojos una mujer alta, esbelta, como una modelo, acompañada de un accionista acelerado, posiblemente un descerebrado desprovisto de la más mínima compasión por nada que no sea marchar apresurado en su bólido milonario, con el móvil por bandera, dejando un estridente sonido con su motor. Me detengo en un semáforo. No he visto a nadie que por el centro no se salte un semáforo como peatón. En este barrio todo es distinto. Yo cruzo; ellos se quedan, viendo pasar a uno que no cumple la ley a los ojos de todos los que le miran. Quizás ellos puedan estar forrados por haber infringido más de una ley o alguna que otra conducta moral, ellos o sus ascendientes, pero ellos me miran mal, distinto. Paradojas. En ese otro Madrid.





Por fin, la consulta con la oftalmóloga ha sido un mero trámite, todo como estaba. Me dirijo hacia mi barrio, más cálido, más humanizado, pienso. Pero, tras dudar, decido ir en metro. Creo que ya da igual a la hora que te metas, te pueden enlatar como una sardina a cualquier hora. ¡Qué horror fue eso!, ¡cómo me arrepentía de no haber ido andando!. Me bajé en Sol, a presión salí, y allí todo tenía ya otro matiz; más multicolor la gente, variopintos todos en sus apariencias, guiados cada uno por su propia moda, todos diferentes, todos humanos, no conducidos por la misma obsesión (como puede ser el aparentar, en el Barrio de Salamanca). Entonces todo tiene otra velocidad, hay frenesí, hay comentarios en la gente dispares, hay calor, hay humanidad, hay miserias, hay alegrías, hay vida. Me siento más cómodo, menos observado, en este otro Madrid.






Y me dirijo rumbo a Tirso de Molina. Bajo por la calle Doctor Cortezo y una moto de policía, circulando en sentido contrario a la calle, que es unidireccional, y por la acera, me adelanta con la sirena y sin ningunas maneras. Algo pasa en Tirso. Bueno, en Tirso pasa que para la policía siempre pasa algo. Me resulta curiosa esta plaza, que desde que la han remodelado y la han dejado bonita, la han tomado en grupo los africanos y han quedado un poco desubicados, más hacia la parada del autobús, los del tetra brik de toda la vida y de la heroína fumada, los del Tirso de siempre. Y la policía siempre está rondándola. Al acercarme a ella veo a un viejete hablando con un policía. Es español y tiene cara de malas pulgas. Me pregunto si le estará chivando algo. El policía le contesta: "Pero déjeles hombre, en algún sitio tienen que estar". Y el viejete replica: "En su tierra es donde tienen que estar". El policía le hace un gesto despectivo y se retira, parece que malhumorado. Un Madrid distinto que también encuentra estas situaciones, estas gentes desubicadas que deben de estar muy jodidas viendo que los tiempos cambian y que ahora a nuestro país vienen cuando antes no venía nadie. Envidias y sinsentidos que pululan por la urbe sin encontrar un lugar, en un Madrid que es distinto, que está dividido. Otro Madrid siempre. Todavía hay gente que no encaja, todavía hay varios madriles en uno. Por cierto que el policía, ole. El otro, sin comentario. Cuando llegué a casa, contrariado, Madrid me había vuelto a dar que pensar. La ambigüedad de nuevo como martillo que machaca los clavos de un futuro más integrado, en armonía, estando todos con todos, con objetivos comunes, sin odios, ni envidias, en una misma barca, en un mismo Madrid. Quizás esto sea lo bonito de esta ciudad, pienso, su pluralidad, pero me asustan las guerras que en el día a día se dan entre sus gentes, con el odio por bandera.
Pensé entonces que estas reflexiones las tenía que escribir; para quejarme de las fronteras que nos rodean, las que nos ponen impedimentos, las que nos rechazan, las que frenan el evolucionismo; para intentar un mínimo de convivencia, para quejarme de mi ciudad, ese Madrid dividido, que ya fue presa de una guerra civil, como tantas otras ciudades de España. Me quedo en el Madrid en el que estoy. Eso sí, me dispongo ahora a tener un buen fin de semana, si es que me dejan, en ese otro Madrid, mi particular Madrid, el que me da confianza, aunque siempre sin mar, el que siempre está ahí. Os deseo que disfrutéis vosotros también, allá donde quiera que estéis. Muchos besos.

jueves, 22 de noviembre de 2007

UN SALUDO, VALENCIA, Y UNA WEB

Me gustaría hacer público un blog que he encontrado navegando y que me ha parecido genial con respecto a la lucha que nos hemos propuesto todos contra el cambio climático. Es de un italiano que reside en Valencia y me parece una apuesta directa contra este problema, que no puedo dejar de publicitar. Y dado que he podido comprobar que nuestro blog tiene muchas visitas desde esta ciudad, quiero aprovechar para saludar a los valencianos, gentes encantadoras que requieren de un necesario cambio en el gobierno, y a quienes les va a ser de ayuda el blog de este italiano amigo de nuestro planeta. Un saludo y mucho afecto a tod@s. Y ánimo a la gente como ésta, con ideas, en acción.

KAFKA EN LA ORILLA (DE HARUKI MURAKAMI)


Un niño japonés, en el mismo día en que cumple quince años emprende el plan que lleva tiempo atrás meditando (en realidad su vida ha estado enfocada a ese plan siempre): marcharse de casa. Y lo hace rumbo a una ciudad que desconoce por completo (para que nadie pueda encontrarle), Takamatsu, de la que apenas sabe que dispone de una biblioteca, y con pocos bultos consigo. Lo hace sin dejar ninguna nota. Atrás deja a un padre al que no quiere. Su madre, cuando él tenía cuatro años, le abandonó, llevándose a su hermana.
Su única intención es hacerse cada vez más fuerte, prepararse para la vida (es un niño muy maduro), alimentarse correctamente, hacer ejercicio y leer mucho. Así terminará por ser el humano más fuerte donde los haya. Su irreal amigo Cuervo, quien pudiera ser realmente su alter ego, que aparece en los momentos más difíciles dándole su consejo, le recuerda, cada vez, que efectivamente se está convirtiendo en un auténtico hombre fuerte y maduro. Cree que será mejor refugiarse en una biblioteca, donde pueda pasar más inadvertido y es en este lugar donde se van a suceder las escenas más inverosímiles, compartidas tanto con el encargado de la clientela, el entrañable y asertivo Oshima, como con la dueña de la biblioteca, la majestuosa y misteriosa señora Saeki.


La relación que surge con esta mujer es de una naturaleza embriagadora, sutil, realmente mágica. ¿cómo puede surgir una relación de amor entre dos personas a los que les separan cuarenta años?. De forma mágica. Pero no es sólo una relación de amor la que surge entre estos dos personajes. Lo demás, lo tienes que leer. No te puedo desvelar el gran secreto del libro. Pero la historia no solo discurre en la biblioteca, al margen de los pasajes en los que el protagonista se ve exiliado en la soledad de un bosque lleno de encanto (es una maravilla cómo puede llegar a enganchar la escritura de este mágico Murakami que hasta hace bellos los momentos en que el protagonista está solo en el bosque, no haciendo nada, a lo sumo dedicándose a explorarlo), porque en la distancia, en el distrito de Nakano de la fascinante Tokyo, un personaje llamado Nakata, que habla con los gatos (es simplemente una maravilla las relaciones que mantiene con los gatos callejeros), y que al margen de una pensión que como él dice le da el gobernador de una forma personal, se dedica a buscar gatos extraviados para las señoronas de su barrio, quienes le compensan con buenos jornales. Este personaje, que no sabe leer, y que parece sacado de los personajes de la película Los Idiotas, de Lars von Trier, es un personaje entrañable donde los haya, de aquellos con los que cualquiera se encariña, y que fruto de un hechizo que le persigue (incluso con lluvias de sardinas que él mismo produce como por telepatía), y apoyado por una "piedra de la entrada" que es como una piedra filosofal, al estilo del más grande personaje de la multimillonaria Rowling (la creadora de Harry Potter, que así sí se conoce mejor) se acabará cruzando con el protagonista.

Y al margen de algún otro personaje afectuoso y amigable donde los haya, como el valiente Hoshino, camionero con ganas de una aventura pasajera, como si satisfaciese el deseo de muchos burgueses de hoy en día, faltos de emociones vivas en sus rutinarios días, o algún otro con menos protagonismo, el resto de la historia ha de escapar a esta enrrollada sinopsis, con la idea de no llevarte al desencanto que produciría el que te lo adelantara. Te va a encantar si te gusta Murakami en su lado más "realista mágico". Esas frases cortas y sencillas pero cargadas de filosofía. Un libro tranquilo, de lectura muy fácil, que aconseja una vida sana, marcada por la meditación, por saber estar a gusto uno consigo mismo, pero cargada de misterios, de laberintos, de duras verdades. Estas sensaciones se suceden de una forma mágica (siento repetirme con esta palabra pero ¿qué otra lo describe mejor?) en el que lo lee. Me encantaría reproducir un texto que para mí está cargado de..., de seducción, de encanto, de fascinación y es el momento en que por primera vez hay algo más que un contacto entre el personaje, Kafka, y la señora Saeki, pero me llevaría mucho tiempo reproducirlo (son dos o tres páginas que sobrecogen y que describen una escena sexual elocuente y sencilla al mismo tiempo).


Tampoco hay que olvidar el simbolismo del cuadro que da título al libro. Ni el complejo de Edipo que rodea al personaje. Hay misterio siempre en este libro, pero está resuelto de una forma genial, sin hacer alardes con el lenguaje. En mi modesta opinión, una obra maestra, aunque pudieran denotarse unas posibles prisas del autor para terminarlo, quizás apremiadas por la avaricia de la editorial, quien sabe; un escritor entre los grandes asiáticos contemporáneos. De lo mejorcito que ha llegado a mis manos últimamente. Por cierto, a quien le guste, hay un verdadero tinte manga en algunos pasajes o en algún que otro personaje, como el liguecillo que se echa Kafka para materializar sus instintos sexuales. Y todo el libro es un círculo que se va cerrando hasta llegar a un clímax total, en el que todo tenía un sentido. Muy aconsejable, abismo.


lunes, 19 de noviembre de 2007

UN SUEÑO QUE ME ENSEÑÓ


Me desperté un día en una dantesca escena

un terremoto había despertado a mi ciudad

no había almas por las calles,

apenas mis zancadas resonaban en el solar

cientos de amigos...

a ninguno podía encontrar.



Corrí descalzo, presa de espanto

y grité con fuerza

sin nadie para escuchar.

Todo estaba desierto,

poco oxígeno que respirar

una luz tenue

mucha ansiedad



Corrí muchas manzanas

entré a todos los portales

grité con fuerza

sin nadie para escuchar

una luz ocre

nada que esperar


el móvil no funcionaba

mis gritos eran mansos;

se dispersaban...

en la muerta ciudad.


Me desperté entonces en otra escena

podía respirar

había gente

no tenía que gritar

y ahora que respiro

y que puedo meditar

me pongo manos a la obra

que al planeta hay que salvar

TANA SIMÓ: TRAYECTOS ARTÍSTICOS



Tana Simó (Peñíscola, Castellón de la Plana, 1972) es una joven, aunque madura artista que ya desde pequeña jugaba con las acuarelas. (Siento no disponer ahora de otra foto en la que se la vea mejor, pero ésta también me gusta, mirando a Rubén Díaz de Greñu). Su entusiasmo creativo quizás le viniese dado de su padre, Miguel Simó, quien disfrutaba recreándose con la imaginación cuando se encontraba con cualquier objeto en su camino. Tana era una niña con los ojos muy despiertos que se asombraba con el mundo de los mayores y siempre sintió la necesidad de reflejar esos mundos paralelos en el lienzo. Cuando los mayores le preguntaban, ella contestaba siempre: "Yo quiero pintar". Y fue así como materializó su sueño, matriculándose en la Escuela Massana de Barcelona, con diecinueve años.






Allí nació su interés por la representación pictórica de los objetos y por los elementos arquitectónicos y adquirió una técnica depurada con la que consiguió unas cuantas matrículas de honor. Entendió en profundidad los distintos enfoques artísticos y aprendió a desvincularse de ellos, para intentar no pertenecer a ningún género en concreto. Allí conoció la vida de la ciudad de Barcelona, y con ello a mucha gente variopinta, resurgiendo en ella ese interés por la condición humana, fascinante en todo caso (de pequeña, por su condición de nieta de ex alcalde y dueño de un hotel al mismo tiempo, ya había ido adquiriendo esa curiosidad por las distintas gentes que les venían a visitar cada verano). De Barcelona marchó a Valencia, a la Facultad de Bellas Artes de San Carlos (Universidad Politécnica de Valencia) y allí destacó por su fuerza creativa. También por su empeño: Tana nunca dejó de crear. Actualmente vive en esta ciudad que para ella es una "fuente de luz" y en la que comparte ambiciones artísticas con su entrañable pareja, Rubén Díaz de Greñu, otro artista que merecería otro post aparte.






Y fruto de esos trabajos que presentaba a sus profesores o profesoras en la facultad de Valencia es esta exposición que hace ya dos meses se pudo contemplar en el entrañable Castillo del Papa Luna de Peñíscola, en la que estuve presente y de la que salí admirado. La exposición venía a denominarse "Trayectos" y en ella, a través del acrílico, plasmaba las distintas sensaciones que se pueden fotografiar a través de la ventanilla de un coche; imágenes de neón en movimiento, moteles de carretera, señales de tráfico, nubes. Algunas de esas sensaciones son muy realistas, como copiadas de una fotografía; otras son plenamente irreales, desfiguradas, abstractas o surrealistas. Hay mucha magia en esta exposición.




Y un gran dominio de la técnica de las veladuras, totalmente en desuso por los artistas contemporáneos, y de la que Velázquez fue un maestro, tan laboriosa, lenta, poco productiva. Tana Simó elige, para esta exposición, una técnica que hoy en día no está compensada en el mercado, y que por tanto no se utiliza. Ella no entiende de reglas de mercado, ella entiende de arte. Ella no habla con los marchantes, ella habla con las hadas, porque es magia lo que brota de sus pinceladas. Y es lo que hace en esta exposición, arte, el cual intento mostraros con lo que pudo recoger mi cámara. Aprovecho para saludar a todos los que aparecen en el vídeo, aunque creo que es muy largo y no lo pueda colgar. Lo reintentaré. Por el momento saludo a todos cuantos aparecen en él: Víctor, Rubén, Noé, Esther, Elena, Adolfo, Manuela, Eider y la misma Tana, gente muy auténtica que se reúne en Peñíscola, y con los que pasamos una noche llena de encanto.





Por cierto, os dejo el mail de esta artista, por quien pueda estar interesado en su obra: tana1972@mixmail.com. En mi opinión, sus obras se cotizarán altas.

domingo, 18 de noviembre de 2007

SILENCIO, QUIETUD, VUELO


Gustavo decidió no hablar más de su problema, al menos conmigo, a quien me había convertido en su bienintencionado psicólogo, no sé si tanto por mis maneras o por nuestra vieja amistad. Decidió iniciar un nuevo camino en el mapa de su vida, ahora traccionado por él mismo, afrontándose a los retos con las armas que ya formaban parte de su ego, con la libertad por bandera, aunque aferrado al mismo terreno del que aún no se había ausentado. Dejé de ser su cómplice, aunque seguramente el reencuentro perfile el rumbo de nuestras conversaciones.
Creyó inútil conversar sobre lo que no hacía porque descubrió que la llave de su secreto la tenía él mismo; así que decidió esperar, con la fe depositada en sí mismo, a ese momento de lucidez que le diera la pista del camino a retomar. Dejó de racionalizar, dejó de pensar; empezó a sentir, a disfrutar de su vuelo. Se dejó llevar, como las hojas del otoño, creyendo en que el viento pondría cada cosa en su lugar. Entonces su liviano cuerpo comenzó a dejarse escurrir por las aguas de su lago. Y yo, desde hoy, domingo manso, disfruto con la calma de su vuelo, aunque le eche de menos.

viernes, 16 de noviembre de 2007

15 MEDIDAS, ENTRE MUCHAS


Son 15 las medidas que nos ofrece la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, que he encontrado en la red, y a las que hay que añadir muchas otras:



1) Mejorar la eficiencia energética de los artefactos eléctricos.


2) Los líderes religiosos debieran hacer que sus fieles tengan al medio ambiente como una prioridad.


3) Fomentar el uso masivo de la energía solar.


4) Asegurar que el tratado Post-Kyoto reduzca las emisiones asociadas al calentamiento global.


5) Promover que cada casa genere su energía.


6) Incorporar incentivos tributarios para comprar "verde".


7) Atajar el creciente problema de las emisiones de la aviación.


8) Nosotros debemos abandonar la dependencia del petróleo.


9) Alentar que las personas compren menos "cosas" no esenciales.


10) Mejorar drásticamente el transporte público.


11) Ir hacia una cultura de "cero desechos".


12) Instalar medidores inteligentes de electricidad.


13) Incorporar una medida del éxito económico, que incluya al medio ambiente.


14) Abordar el gran potencial de energías renovables no convencionales de nuestro país.


15) Buscar fuentes alternativas menos dañinas para generar biocombustibles.


Agradecemos su trabajo.

OBAMA EN GOOGLE: ¿EXPECTATIVAS PARA LA SALVACIÓN?


Supongamos que empezamos a hablar de las posibles claves para salvar el planeta. La encuesta que hemos formulado no nos dice nada, pues ha habido cuantiosas abstenciones, pero parece que vislumbra una necesaria predisposición a tomar medidas, a que todos formemos parte del cambio. La encuesta deja que desear, pues se me olvidó poner la opción "ninguna de las opciones" o "ns/nc", pero no era mi intención una buena redacción pues no es con encuestas como se debe salvar el planeta. Más bien con propuestas.





No debemos dejar de proponer, de sacar el tema, de considerar el problema, de concienciarnos, de colocarlo entre las primeras preocupaciones. Sólo así los lobbies se movilizarán; los políticos; el capital. Cuanto más hablemos de ello, más nos concienciaremos; más nos moveremos. Y no dar la batalla por perdida. ¿Quién sería tan rastrero de dar por perdida la guerra en la que la victoria supone que nos salvemos todos, incluidas las generaciones posteriores?. La historia nos pondría en un lugar muy despreciable; no mereceríamos respeto, más bien castigo en el descanso eterno que existe según quienes confiesan depositar sus esperanzas en él (todavía, s. XXI).





Planteemos una clave. En enero de 2008 comienzan las elecciones primarias en EEUU para la carrera presidencial. Tenemos una clave: el resultado final. ¿Quién será el futuro presidente de la primera economía del planeta, responsable sin duda del daño que se le pueda hacer de más a éste?. El país está dividido, como ocurre con España, pero es muy posible que retornen cambios en el poder y que éstos repercutan en el desenlace del drama. Si alguien que lea esto piensa que George Bush pueda hacer más por el planeta que Barack Obama, por favor que atisbe, que no se calle y añada algo, por favor. A lo peor Obama no hace nada, pero seguro que peor que Bush no lo hace, no me lo creo. Y es de Obama de quien me apetece hablar, empezando por una de tantas esperanzas que dejó entrever ayer, en una conferencia con los empleados de la todopoderosa Google: "El planeta está en peligro", dijo. Y añadió que eran necesarias medidas "URGENTES" para combatir el cambio climático. Obama hablaba de empezar YA a trabajar.
Y lo decía ante buena parte de la plantilla de una de las más poderosas empresas del planeta, cuyos máximos accionistas, Larry Page y Sergey Brin, acumulan un accionariado en la empresa por valor de más de 40 mil!! millones!! de $ y en la que más de mil empleados disponen de más de cinco millones cada uno. Capital más voluntad hacia un fin es igual a transformaciones. Que los políticos se planteen colgarse una medalla en el juicio que hagan nuestros nietos cuando abran un libro de historia, eso es lo que necesitamos. Que brinden su empeño los poseedores del capital que tanta fuerza de trabajo mueven. Que todos madruguemos con el fin de salvar la humanidad y que después comamos y no pasemos frío y seamos como tienen que ser las personas. Tal funcionamiento no excluiría ningún cambio sustancial en el sistema económico, aunque sí en la negación y en el sinsentido que suponen las tenencias de capitales tales como los mencionados, que harán simplemente que sus nietos sean más drogadictos de la mercadotecnia (léase, bobos). Si cuando mueran, dejarán de ser (filosofías ateístas aparte). Pero centrémonos y no nos dispersemos, abismo.




El tema, abismo, es que la política necesita del capital.
Y, de momento, sólo para apoyar las candidaturas presidenciales, los empleados de Google han donado 20 kilitos (de pesetas, pero entre todos), rascándose un poquillo entre la calderilla, pero más de la mitad de esa donación ha ido para Obama, más del doble que para Miss Clinton.
Por lo menos se observan las tendencias de una pequeña pero interesante muestra de lo que es el capital en EEUU, porque me creo que King Gates haría lo mismo. Así que ¡hala!, a idear proyectos, a ponerse de común acuerdo. Y nosotros, a darles ideas. De momento, Obama dice "Mi ambición es cambiar el mundo, como ha hecho Google", añadiendo que su deseo es que Internet penetre en Asia y en África. Vamos bien, Obama, porque si no excluimos a nadie en el planeta, seremos más y está bien eso de que un presidente norteamericano se preocupe por África, al margen de la esquizofrenia que habéis tenido en Somalia o por tantos otros intereses que habéis perseguido en el planeta. El mundo necesita un cambio, Obama, y me gusta cuando dijiste que tu país pasaba por una de las peores etapas de su oscurantismo, porque creemos en que vienes a cambiar el mundo, como dices. Si es así, sólo necesitamos que los tuyos te voten, que los norteamericanos se conciencien, que nos llevemos bien todos, que dejen de ser el país más odiado del planeta. Y eres tú, Obama, a quien se te achaca tu carencia de un currículum fuerte como estadista (7 años como legislador en Illinois, 1997-04, y otros 3 como senador, 2004 hasta hoy), pero contestas: "No parece que cuando Larry y Sergey iniciaron Google tuvieran experiencia", despertando un buen rollo entre los capitalistas que ayer te escuchaban en Google.





Comprendo, abismo, que si internet se abre a África, a Asia, a todos, podremos contar con más gente en nuestro blog para brindar ideas, concienciar, en definitiva, hacer algo por este planeta tan maravilloso donde los haya y en el que la gente nos cautiva. Me ilusiono, abismo... por pocos momentos, pero me ilusiono.