martes, 8 de enero de 2008

DESDE PEÑÍSCOLA A MARRAKECH, SENSACIONES

Después de mucho tiempo sin dejarme ver por este blog, me satisface plenamente hacerlo ahora y por fin volver a escribir aquí, totalmente abismado por regresar de una etapa que me ha servido la misma vida y que probablemente no olvide jamás.
Todo empezó el pasado martes 18 de diciembre, cuando Manuela había (mal) dormido la noche anterior en el hospital, con su madre enferma y una sensación de ajetreo nocturno, y yo trabajaba en la oficina, intentando centrarme en lo mío aunque pendiente siempre de que me pudiera llamar ella, por el delicado estado de su madre. A las doce del mediodía, mi móvil, efectivamente, sonó. Manuela me llamaba desde el portal de su casa, a la que había ido a ducharse después de la intranquila noche que había pasado en el hospital, y me comunicaba lo que acababan de transmitirle: la muerte de su madre.








Mi periplo comenzó ese mismo día, con un viaje relámpago en tren hasta la templada y aseada Valencia, en el que un desenvuelto comercial del textil que viajaba a Xátiva me contó su vida y hasta se empeñó en invitarme a un cubata en la cafetería del tren, satisfaciendo su ansiado deseo de echarse un poquito del whisky sobrante en un vaso con un poco de agua y sin hielo. El Alaris es un tren que supera los doscientos kilómetros por hora y que según este compañero de viaje que el destino me deparó, anula toda necesidad de crear ningún otro tren todavía más veloz, como es el AVE, dado sus altos costes. Un comentario que invitaba a la reflexión, todo sin que el pelo se nos desaliñase y algunos ordenadores portátiles reprodujesen películas o mp3 para sus entretenidos y viajeros dueños. En Valencia, tiempo para un cigarrillo especial y vuelta al Talgo con destino a Benicarló, donde Rubén me recogería rumbo a Peñíscola.





Al día siguiente, el tanatorio, luego el entierro, luego la necesaria soledad posterior, alejados de todo ruido clamoroso de un vecindario que sin duda apreciaba a la difunta madre. Unos días de los que no me apetece decir más, pero que me pusieron de lleno en contacto con la misma muerte y que me motivaron reflexiones varias sobre la vida y la salud, sobre el sufrimiento y sobre el goce, sobre la felicidad y sobre los desatinos que se clavan como una puñalada fría en el pecho, sobre los malos y sobre los grandes momentos que la vida nos sirve como un cocktail endiablado o a veces aderezado del mismo éxtasis convertido en nirvana, como habitualmente me sucede cuando una muerte o una enfermedad se acerca a mi entorno. Las reflexiones encontraron su distracción en una mudanza improvisada que batió records de tiempo y hasta en unas goteras generosas que encontraron su cauce por entre las paredes del edificio entero donde buena parte de la familia de Manuela, incluida ella, habitaba. Así que cubos y mantas a tutiplen y una humedad que nos empapaba los huesos demostraron que el ser humano se hace fuerte cuando la naturaleza se muestra mansa y peligrosa a la vez, a la que hay que enfrentarse. El problema lo solucionamos, después de haber incluso tomado decisiones harto ingeniosas como la de cubrir el edificio entero con una improvisada lona gigante. Sin humedades, la mudanza hecha y unas dosis de cariño y compañía para con el padre de Manuela, fuertemente apenado, los deberes urgentes los realizamos y el viaje deseado y hasta hacía poco imposible que teníamos contratado, rumbo a Marrakech, por seis días, incluidos el de la nochevieja, era ahora factible y necesario para ambos. Un fin de semana como paréntesis en Madrid, donde me sorprendió mi amigo Jordi, el que vive en Denver, llamándome para verme ese mismo fin de semana en la capital. Hubo fiesta, la que seguramente no disfrutaríamos en el país musulmán. Y así volamos con EasyJet a Marrakech, el mismo día en que acababa el año.



El viaje ha sido de los de recordar. La ciudad está embadurnada de toda la magia que despierta el país, en todas sus extensiones, y el cual incluso debe el nombre a esta ciudad que tiene un color rojizo y que está aromatizada por olores exóticos, a veces apestosos, con la hierbabuena como herramienta para el paseo por la zona donde los curtidores muestran sus ancestrales técnicas al turista que les fotografía. Ciudad del regateo, del comercio hospitalario, amurallada, con miles de rincones, de calles estrechas, totalmente sincronizada a pesar del caos que la envuelve, bajo los cánticos que desde los múltiples minaretes invitan al rezo y a la reflexión. Ciudad amable, hospitalaria, segura a pesar de la pesadez con que algunos te sobresaltan, a los que nos encarábamos con las técnicas más sutiles para que nos dejasen continuar con nuestro paseo incesante. Nochevieja distinta, también celebrada, esperada, vestida de fiesta, pero de otra fiesta, más callejera, clamorosa, ardiente, en torno a una cena distinta, menos familiar, más lúdica, de contacto con la gente, consistente en unas salchichas en pan de pita y con tomate natural en el marco de uno de los variados chiringuitos que pueblan la todopoderosa y céntrica plaza de Jemaa El Fna (pocas ciudades tienen una plaza tan representativa de la misma ciudad). Una cena diferente, sin uvas, sin ostentaciones, sin alcohol, con la mente despierta para desayunarse el amanecer de esta ciudad que nunca duerme.






Un pueblo que ama España, que ama, todos lo hacen, el fútbol español (allí la mitad es del Barça, la otra del Madrid), se interesan por Europa, te increpan si eres mujer llamándote "María José", por si aciertan, o te replican que en Madrid no hay playa, como en Marrakech, te ofrecen sus casas para invitarte a un espectacular cous-cous rematado con un vaso de algo así como el yogur natural, todos te ofrecen de todo y si no, te preguntan por lo que buscas. Fuman calidades pocas veces vistas en España. Todos fuman, al menos así me pareció. Conocimos a Yusef, a su mujer, a Naser, también, ¡cómo no!, a Mohamed, a muchos de los que no recordamos sus nombres, todos muy respetuosos con nosotros. Compartimos vivencias con mi amiga Sara Párbole, que estaba con tres amigas más en un hotel cercano. Cenamos con ellas en un sitio exquisito en la decoración, también hicimos una excursión juntos, a la montaña, al Atlas, al mismo escenario de la película Babel, de geografías imposibles y arcillosas, a Ouarzazate, donde un guía irónico, con el que nos reímos y al que su sonrisa delataba las oquedades de su dentadura, había participado como extra en esa misma película y en otras cincuenta y tantas (publico su foto bajo la ornamentación que simula a la del pavo real, en la kashba que nos enseñó, por si alguien le reconoce en Babel). Por cierto, que la kashba que visitamos, que en árabe quiere decir castillo, no era más que el lugar idílico que construido de barro y paja inteligentemente mezclada (el conocido adobe) bajo unos conceptos arquitectónicos del todo avanzados para la época servía de marco para que un pachá poderoso y lascivo se sirviese de todo un harem de veintitantas mujeres, de entre las que destacaba una turca por su belleza, pero que no siendo mujer oficial del pachá, despertaba en él toda la atracción que las mujeres bereberes (esposas oficiales y madres de sus primeros hijos) no alcanzaban. Y allí disponía de todas a su antojo, cuando y como quería. La excursión no mereció la pena, demasiada carretera para solo un día. Quizás hubiese sido más interesante la excursión a Essaouira, lugar del que mucha gente nos habló, incluida una amiga de Peñíscola, que se llama Margarita y que la vimos en el mismo momento en que nos marchábamos de Peñíscola.









Al menos nos quedaban unos días más en Marrakech. Días de paseos por la medina, de compras regateadas tras las que surgían proyectos de amistad, de fotografías vivas, de contemplación de la arquitectura árabe, de sus laberintos ideados para perderse por entre sus sólidos muros de adobe, del deleite que supuso la limpieza total y espiritual que supuso adentrarse en un hamam para que te aseasen, te embadurnasen, te masajeasen. Era como estar en las mil y una noches, dentro de un palacete de ornamentaciones algebraicas y azulejos impactantes, rodeado de bellezas exóticas destinadas a satisfacer tu equilibrio espiritual con un mimo que rozaba lo artístico. Todo un lujo inolvidable. Días de altas temperaturas de enero y de un sol que acostumbra a decorar la ciudad, también de una lluvia engorrosa que nos sorprendió. Precios escandalosamente bajos para un eurohabitante que es siempre bienvenido y que te muestran la cara más oculta de las desigualdades de la globalización, ese fenómeno económico, social y cultural que nos quieren vender como beneficioso, a toda vista también destructivo e incongruente.







Ciudad de contrastes, en todo caso, siempre en armonía. Visitamos el barrio judío, espectacular. La religión está muy presente, aunque no todos la practican, aun considerándose creyentes prácticamente todos. Su Alá parece ser también justo y davidoso, como cualquier Dios, como todos los Dioses. Y su religión pretende también ser justa, sin compartir con nadie el horror de ver la sangre derramada. Yusef me pretendía hacer creer que el 11-M había sido obra de ETA, y me esforcé en desmontarle su teoría, hablándole de mi ateismo y de mis creencias en el poder que el ser humano podría tener estrechando sus manos. Él me brindó su confianza; yo la mía. Me entendí con ellos como en su día me entendí con las gentes de Bilbao. Me sentí agraciado por haber visitado esta ciudad. Uno de esos viajes que te iluminan por dentro en tu transitar por la vida, uno de esos viajes con la magia presentemente acompañándote. Manuela desconectó del todo. Ahora le ayudo a superar su dolor, al menos he recogido fuerzas para ello.



13 comentarios:

Luna Carmesi dijo...

:-O

Es que... Que ENVIDIA de viaje!!
Prrrrrr (pedorreta con la boca)
:-S
Bueno... Como soy mas joven ya me lo apunto para hacerlo algun dia!
;-)

Por cierto... efectivamente, aqui tenemos trenes que con un tercio de lo gastado en el AVE no haria falta tanta historia con la alta velocidad... Pero claro... el pastel seria mucho menor.

Buen año.

Blasfuemia dijo...

Un abrazo calido a Manuela. Desde luego, un viaje merecido.

Se te echaba de menos.

Nosotras mismas dijo...

Interesante viaje.

Un abrazo

. dijo...

increíble relato, te juro que lo fui disfrutando e imaginandolo por lo bien que lo describiste
bello

un abrazo, y gracias por tus palabras en mi blog
besos
claudia

Meri dijo...

Dicen que el patriotismo es el refugio del ignorante y es cierto , no hay nada como viajar y conocer otras culturas y otras formas de vidas para comprender que en todas partes hay lugares y gentes maravillosas que nos pueden aportar infinidad de lecciones.

La vida golpeo con una de cal y otra de arena, eh? Es como decir nunca fue fácil vivir, pero que siempre queda una puerta abierta para que sigamos adelante..aunque solo sea por curiosidad, no?

Un abrazo enorme a Manuela.

Saludines!

Cyllan dijo...

Hola Abismo, por fin vengo a leer tus viajes. Que bien. Cuando uno viaja a culturas tan diferentes a la propia como puede ser la de un pueblo musulmán adquiere una visión mucho más rica de la vida ¿verdad? Y a la fuerza te vuelves más tolerante y tranquilo, le pasa a casi todo el mundo.
Esa foto de Peñíscola la he hecho igual miles de veces, pero jolines nunca con la luna ahí tan chula, waao.
Me he quedado con ganas de más fotos de Marrakech, nos podrías hacer un pps a los amiguitos o algo así ¿eeh? Sería un detalle.
Dale un besito a Manuela de mi parte, que ya es como si la conociéramos; y otro para ti claro.

Rocío dijo...

He leído con mucho interés ese viaje que hicistéis. Más que viaje físico, creo que ha sido un viaje dentro de la vida, sinceramente. Sé lo que dices cuando comentabas eso de enfrentarte al dolor de la pérdida que implica la muerte de alguien de tu entorno. Mi abuela también falleció, la misma mañana de Año Nuevo. Así que imagínate.

Por eso me alegro de oir la genial idea que tuviste de llevar a tu chica a un sitio tan vital como Marracheck (ya sus colores son expresión de la vida en mayúsculas..) su ruido, sus olores y sabores..y ese jaleo en general de las ciudades árabes.

Excelente experiencia y gracias por contárnosla! preciosas fotos también.

Ánimos para tu chica y toda la fuerza del mundo. Que la muerte sirva siempre para apreciar aún más la vida cada uno de los días.

Abrazos fuertes

PD: jaja...que me he liado! quería constestar a tu comentario en mi página! es que no podía sacarme entera! o me sacaba yo, o sacaba la ciudad...y como me tengo muy vista, mejor los Alpes y los tejados de Grenoble....

Abismo Ínfimo dijo...

Luna: El pastel es lo que cuenta, siempre para los mismos. Te animo a que viajes todo lo que puedas, besos.

Blasfuemia: Muchas gracias me dice Manuela, a ti también se te echaba de menos.

Nosotras: gracias, otro abrazo.´

Claudia: te agradezco lo que dices, seguimos en contacto, traspasando las fronteras.

Meri: Buena metáfora sobre el patriotismo. Sabia visión de la vida, que será siempre buena guía para ti. Manuela te lo agradece. Besos.

Cyllan: ya sabes que me alegra mucho que te pasees por aquí. Probablemente viajar sea la forma más enriquecedora del espíritu que se conoce, estoy de acuerdo con lo que dices. Ser tolerante y respetuoso son dos condiciones muy gratificantes que los viajes te conceden. De la foto del Castillo del Papa Luna ya no recuerdo, de lo de hacer un pps, te agradecería una explicación básica (¿es posible?) pues mi ignorancia telemática o tecnológica no me lo permite. Besos varios, de Manuela y míos.

Rocío: un viaje a través de la vida, como tú dices, ha sido eso justamente. Siento mucho lo de tu abuela, por lo que veo tú has tenido tu particular viaje por la vida también. Un fuerte abrazo y miremos optimistas como dueños de nuestras vidas, capaces de vivir las alegrías y de saber convivir con las penas, en armonía, como también dices tú, que la muerte sirva para apreciar mejor la vida. El sabor de Marrakesch, cuando lo disfrutas, deja el mismo sabor de boca que describes, parece que conoces el mundo árabe. Gracias por lo que dices y lo de la foto, yo también prefiero sacar el paisaje. Así lo pensé yo también, pero me debía a 2 fotografías con 2amistades que conocimos en el recorrido y me animé al narcisismo de aparecer. Así son las cosas. Muchos besos.

Manuela os agradece los ánimos que le habéis dado. Pronto estaremos hablando de otras cosas.

Cyllan dijo...

Hey después de ese gran viaje que has hecho ¿como es que no me mandas la foto mas hermosa para dejarla en Latidos? Dale
Oye ese que sale en alguna foto supongo que eres tú no? Porque tienes cara de ser tú jejeje.

Lo del pps es una bobada de fácil. Sólo tienes que coger el powerpoint e insertar las fotos que quieras en diapositivas. Es un programa intuitivo ;)
Menos para añadir musica a tu presentación, si lo haces avisa y te explico.
Besitos.

Anónimo dijo...

Bueno Abismo, se te empezaba a echar de menos por estos lares.
Me ha encantado tu maravillosa descripción del viaje y de las sensaciones. Las fotos estupendas¡¡¡
La vida es así de maravillosa verdad???? unos se tienen que marchar y otros están en camino de aparecer en ella, para disfrutarla en su totalidad, con las alegrias y las penas que nos va poniendo en el camino. Ya sabes Manuela, que tú madre no se ha ido, siempre estará contigo hasta el más allá. Muchos besos para los dos. Os quiere. Oliva.

Abismo Ínfimo dijo...

Cyllan: Después de haberte agregado diez o doce fotos a un correo que se eternizaba para enviártelo, he desistido finalmente puesto que no me lo ha dado como enviado, aunque volveré a la carga, esta vez con menos fotos (o en más correos). A pesar de que no me gusta retratarme, me debía a dos compañeros del viaje a los que les prometí las fotos. Como te decía en el correo, no soy muy intuitivo yo para la informática, sobre todo cuando no me salen las cosas. De todas maneras, las fotos no merecen un pps, luego uno no está tan contento con ellas como para dedicarle algo así.

Oliva: me alegro mucho de verte por aquí. Unos se van, otros continuamos y otros vendrán, tú lo has dicho. De momento solo esperamos, y con muchas ganas, a Pablo o a Mencía, quien sabe. Estaremos encantados de abrirle las puertas. También te queremos, besazos

Cyllan dijo...

Pero hombre es que más de 10 Mb de adjuntos no puedes mandar con un mensaje. Mándame de a poquito por fa. Y que bueno que gracias a los compañeros de viaje te podemos ver jeje :)
Jolines esto parece el msn, con tantos mensajitos jaja.

Abismo Ínfimo dijo...

Gracias por la información informática, que es bienvenida para un ignorante en estos menesteres como soy yo. Ya te he enviado algunos correos, siguiendo tus instrucciones y aunque haya atentado contra el dogma de no hacer narcisismo en el blog, espero no haberme desvirtuado y me alegro de que a ti te hayan parecido oportunas. Ya me contarás qué te han parecido las fotos que te he enviado, besos, cyllan