martes, 8 de abril de 2008

FE DE ERRATAS (O EL RETORNO DE LOS RELATOS DE LA SER)

Me lo dijo mi amigo Lowon, entre botellines, risas y toros de fondo que ninguneábamos:


- Los relatos de la Ser son de cien palabras sin contar la frase inicial -entonando el final de la frase, como acostumbra a hacer.


- ¡Ah! -exclamé con gesto abobado.



Pasaron unos días. Y me ilusioné de nuevo comprobando que un genial compañero de la blogosfera, llamado Apóstata, quedaba entre los finalistas.





Tenía que hacer una entrada pidiendo toda disculpa a un concurso de semejante valor institucional, aunque hubiera sido de buen agrado un correo que alertase de nuestro error, lo cual no exime de reconocer que nos excedimos vilipendiándoles, por lo que he decidido enviar un relato para esta semana. Quizás varios. De momento, sólo he escrito uno. Debe empezar por la frase "Aquel niño era yo". Recordar: máximo 100 palabras, SIN CONTAR LA FRASE OBLIGATORIA. Así que Karen, Blasfuemia, Martona..., etc, etc, todos los que nos habíamos creído esto..., si os apetece, nos volvemos a comer el tarro. Aquí va éste:






Título: Redescubrimiento.






Aquel niño era yo, el mismo día en que tu destino cambió. El de los pantalones cortos y la cabeza gacha. El niño que acababa de recibir una bronca de tu padre como un jarrón de agua helada. Aquel niño era yo, a quien no recompensaban por haberte ayudado para no morir ahogado. Aquel niño, el de la foto, era yo, el mismo niño que te ahorró de haber sido arrastrado por esa corriente mortífera de horror el día en que te encontramos en el río. Aquel niño era yo. Mi padre te secuestró. Desde ese día, nos obligaron a ser hermanos.
Añado otro relato. Sin título:
Aquel niño era yo. Jovial y alocado, ése era yo. El que disfutaba jugando al escondite o haciendo gamberradas, ése era yo. Yo, el que era, el que no seré. ¿Yo?. Aquel era yo. Ahora no sé quien soy y no hay nada que sepa, sólo sé que las marras que me atan a esta cama me desgarran lo único que de mí queda. Yo, que era un niño alegre, ahora me tienen por un loco. Yo, el que era. Ya no sé lo que queda de mí.

12 comentarios:

Blasfuemia dijo...

Ahora que las cuentas salen, espero que tengas más suerte, que te la mereces (o sea ¿ni siquiera miraban tus relatos porque matematicamente no cuadraban?)

Apostata dijo...

Me encanta volver a verte por donde sueles y se te espera. El relato es muy bueno. Estoy por ofrecerte la mitad del premio si lo retiras... ¡Ah calla!, si a mi ya me han eliminado.

Un saludo, y suerte.

*LaDy SiSiaK* dijo...

Te devuelvo la visita de Delirios Cósmicos.

La infancia, ésa etapa que a todos nos arrebatan de la noche a la mañana por un mundo hostil y falso, es sin embargo el punto clave para saber dónde empezamos a ser nosotros mismos, individuales hormigas. Así que no está mal que de vez en cuando, la echamos un vistazo.

Saludos!!!

Jota dijo...

Me gusta más el segundo. Siempre me han interesado más las sensaciones que las historias.
¡Suerte con la Ser!

Mandarina azul dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mandarina azul dijo...

Bueno, pues de sabios es rectificar. Y de Abismos es recuperar la ilusión. :)

Me gustan tus dos relatos, pero más el primero por lo sorprendente de su final.

Te deseo mucha suerte. :)

Besos.

(El comentario anterior suprimido era mío; me colé al decir cuál era mi preferido).

Mandarina azul dijo...

Se me ocurre algo muy, muy breve:

Aquel niño era yo. El mismo que el viejo que soy ahora. Antes aprendiz; ahora regalador de estrellas.

:)

Ya ves, estoy obsesionada con el regalador de estrellas. ¡Cada loco con su tema! jaja...

Apostata dijo...

Aquel niño era yo. Te tienes que acordar de nuestra promesa en la trasera del gimnasio. ¡Es terrible que te haya enflaquecido tanto la memoria, justo ahora que te han engordado tan endiabladamente las tetas!

(Me da que por aquí no repito en la ser ni con salvaconducto de Zapatero)

Luna Carmesi dijo...

Era entonces un problema de la letra pequeña del 'contrato'...
Pues nada... a disfrutar viciosillo!
Buen fin de semana!
:-)

Abismo Ínfimo dijo...

Siento haber estado ausente del blog, pero el blog no estaba ausente en mí. Esperaba responder lo antes posible.

Blasfuemia: gracias por los ánimos pero claro que los contaban, porque cumplían el requisito del máximo, pero de ahí a que los elijan... Besotes.

Apóstata: ¿Por qué te van a haber eliminado?. Me encantaron tus tirones pa Linares, seguro que nos deslumbras con el niño que llevas dentro.

Lady Sisiak: aunqu apuesto más por mirar al presente, o al futuro a veces, creo que mirar hacia atrás tiene la virtud de ayudarnos a mantenernos en el sitio, a no olvidar nuestras raíces. Un besote y bienvenida por aquí.

Jota: gracias. El segundo quizás sea más dramático.

Mandarina: me alegro de que a cada uno os guste uno distinto. Habría que verte relatando microcuentos, sueles deslumbrar. Me encantaría que te presentases porque tu imaginación sería una seria candidata.

Apóstata (bis): ¿Has presentado más?

Luna: gracias, lo intentaré. Vuelvo al vicio, tú lo sabes. La letra pequeña, siempre está ahí.


Muchos abrazos y volveremos a reiterarnos en esto de los relatos. Lo mejor de esta semana para vosotr@s.

Anónimo dijo...

Abismo, cómo te va?? Hasta que pude pasar por tu espacio...gracias por pasar por el mío... :-)

Dicen que errar es de humanos...

Siempre seguimos con lo de móntate un relato?? Es que voy verde, tengo ideas amorfas que no quieren terminar de encaminarse...ya te diré mañana...

De tus relatos me gustaron los dos, pero prefiero el primero, también por el final...

Saludos...

Abismo Ínfimo dijo...

Karen: tenías que ser la primera en saber esto de la letra pequeña. Cuento contigo para futuros relatos. Besos.