martes, 15 de abril de 2008

REFLEXIONES EMANADAS DEL LIBRO DE MI MESILLA


Dice Milan Kundera en la maravillosa La insoportable levedad del ser: coincidencia es la ocurrencia de dos sucesos inesperados al mismo tiempo. Llamamos coincidencia a dos sucesos improbables y no dependientes el uno del otro que suceden a la vez. Esta es la casualidad que, por inesperada, nos lleva a pensar que es causal el suceso que se nos presenta, con lo que le atribuimos una importancia exagerada e intentamos buscar una explicación lógica que ficcionamos, para que por más inesperada que sea la casualidad, más importancia otorguemos al suceso hasta el punto de hacer de ello un dogma y establecer explicaciones irreales a lo que nos sucede. Así, uno piensa que la fuerza del amor le llevó a encontrar a su amada, cuando simplemente fueron varias las casualidades que, por no ser esperadas, le llevaron al altar. Intentamos dar a nuestras vidas grandes explicaciones que fundamenten nuestros complejos o nuestros temores, intentamos hacer abismal lo más ínfimo de lo que nos concierne y otorgamos a las cosas un valor del que a menudo carecen. Intentamos dar un peso a la levedad que nos es inherente y nos aferramos más a una carga que a una pasajera brisa tenue, nos engañamos. Buscamos el apego innecesario y nos cargamos a nuestras espaldas de pesadas materias superfluas, buscamos lo que no tenemos, y ocurre que nos equivocamos. Pero ocurre que solemos no darnos cuenta de estos errores porque nuestras verdades iniciales son dogmas y a ellos nos debemos. Ocurre también que renegamos de los gratos momentos de la levedad y nos aferramos a una quimera.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelentes reflexiones de uno de mis libros favoritos...

Porque es cierto que nos gusta andar arrastrando peso muerto e innecesario, sentimos que así le encontramos un sentido a nuestra existencia...

Ni hablas de la escoliosis o cifosis que nos estamos provocando, así como el respectivo lumbago...y después quién paga la cuenta de fisioterapeuta??

:-P

Zanzara dijo...

Este libro es genial.

Yo siempre he pensado, y nunca lo he entendido, que tener problemas es como una necesidad, que cuando uno no los tiene se los crea dándole importancia a cosas que no la tienen...

Un beso!

Abismo Ínfimo dijo...

Karen: yo, que en su momento no lo leí, con el tiempo me di cuenta que fue el libro favorito de mucha gente. Más vale llegar tarde que nunca. Y, desde luego que, pasado el ecuador, me está encantando.

Con respecto a lo que atisbas, creo que hay mentes más conservadoras apegadas a las cargas, a las propiedades, al mantenimiento de un status, a las responsibilidades y al orden; y mentes más voladoras, libres y abiertas, armoniosas almas epicúreas que disfrutan con el roce de la levedad cosquilleante provocadora de sensaciones que les embriagan. A menudo, la vida se balancea entre ambos espectros.


El fisioterapeuta, mientras no lo pague la S.S., que lo pague cada uno en función de la carga que se haya echado encima.


Zánzara: bienvenida al extenso club de los enamoradizos de Kundera. Yo creo que es como si intentásemos estar (pre) ocupados, con la mente funcionando, racionalizando, imponiéndonos a nuestros sentimientos, a nosotros mismos, pensando constantemente. Como si nos mirásemos en un espejo y no pudiésemos vernos (uy, creo que he dado una pista del relato que me he montado para el concurso)porque nos hemos puesto demasiadas cosas en la cabeza.


Besos desde el ecuador de la semana, la cuenta atrás para el finde.

Cyllan dijo...

Hola club de enamorados de Kundera. Aquí una "renegada" del mismo :**
No pude con este libro, lo acabé por amor propio y por lo tanto no seguí con el autor. Tiene pasajes inolvidables por tan ciertos, como este que reproduces, pero el conjunto no me llegó. Y me hubiera gustado, porque gente que respeto me lo había recomendado muchísimo. Y ahora tú... El que me faltaba, je. Querido Abismo, ¿por esto era el título de tu rincón?
Yo no reniego de "los gratos momentos de la levedad", no reniego de ninguno, ¡de nada!... Tampoco del romanticismo de pensar que todos, incluso los que estamos ahora en tu rincón, nos encontramos por algo.
Un besito.

Abismo Ínfimo dijo...

Cyllan: yo, todavía, tampoco soy del club. Más cuando, en la edición de Tusquets que leo, encuentro que la traducción genera confusiones sintácticas, con lo que varias veces he debido releer para enterarme. No puedo decir aun que pertenezca a tal club, simplemente me gustan bastante los temas tratados en este libro, las relaciones de pareja tormentosas que presenta. El nick venía dado con anterioridad a la lectura de este libro, pero creí que se podía recurrir a un juego de palabras con él. Qué bonitas tus palabras, a uno le satisfacen.

Cyllan dijo...

A mí también me gustan los temas tratados, pero no me convenció como escribe. Intuyo que dentro de poco te doy la bienvenida al club de los "renegados" jeje :P

Abismo Ínfimo dijo...

Cyllan: tendré que leerle más para fundamentar mi crítica pero cierto es que otros escritores me adentran en sus escritos más dulcemente, de manera que quedas absorto mientras tanto, y Kundera cuenta cosas muy interesantes pero... su escritura no absorbe. Ya te diré a qué club pertenezco.

Maribel dijo...

Oye, ¿ tú cuantos libros de mesilla tienes?