martes, 13 de enero de 2009

ODIO

El todopoderoso vecino, y fuertemente militarizado enemigo, se acercaba a las tierras sagradas con aires de malevolencia y prepotencia, izaba sus banderas de guerra con energía y se emprendía en un descarnado exterminio sobre el oprimido pueblo, al que apenas le quedaba oxígeno para respirar. El fuego era atroz, todo lo devoraba, los sonidos eran metálicos y penetrantes, y el cielo quedaba surcado por misiles irracionales que iban y venían en todos los sentidos. Surgían aullidos de cualquier lugar, los niños rabiaban de dolor y las madres no tenían fuerzas para cogerlos en brazos, ningún sitio era bueno para esconderse, el olor a sangre se escurría por cualquier rincón....
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... En aquel instante un señor judío, importante donde los haya en el mundo de las finanzas, se tropieza con un escalón. La escalinata hacia el Royal Bank de Minessota es suntuosa y desproporcionada, como sus zapatos de piel de elefante, aunque ni siquiera se inmuta, o al menos eso aparenta. Entra decidido acompañado de una camarilla de adinerados compatriotas y de un inquieto rebaño de escoltas escondidos tras sus gafas de sol oscuras que hacen mucho barullo. El importante de los señores se dirige hacia el despacho en el que le recibe el Director General del Banco; entra malhumorado, refunfuñando, se sienta enfrente de él. El banquero intenta ser cordial, le ofrece un trago en aquel despacho impersonal. El financiero judío no entra en el juego de quien tiene delante y se queja de todo, también del pie, que le duele. Finalmente, ordena retirar todos los fondos que tiene en el banco.
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Los niños continúan corriendo, los charcos sangrientos salpican sus rodillas, no hay nadie en el pueblo. Las bombas pueden con todo, los aviones retumban en eco.... Buuuuum!!! Es horrible, atroz, tu amigo perdiendo el brazo y un ojo, al mismo tiempo, mientras se desternilla de dolor... es inhumano soportar este genocidio sin sentido horripilante que cae sobre nuestras vidas, no se puede entender esto, es una locura macabra, nadie hace nada, no podemos hacer nada, le dice un niño al otro.... Buuuuum!!
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Un misil cae sobre Jerusalén, otro sobre Tel Aviv, otro más destruye una base militar al norte del país... El desorden traslada sus fronteras, el caos reina en cualquier lugar, el mundo se ha aliado en una sola causa. Pero en algún lugar, al fin, se puede respirar. Los niños pueden disfrutar del silencio. Al fin, la calma penetra en sus cuerpos y ya no resuenan los chasquidos metálicos. El horror ha dejado su estruendosa estela y ha dado paso a una perpleja locura. Ya nunca más nadie volverá a hacernos nada, le dice un niño al otro.
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Al día siguiente, se iniciaba el verdadero proceso de paz para Oriente Próximo. Hoy en día, el odio no se ha exterminado. Al menos ya nadie muere indiscriminadamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gusta lo que has escrito (que menos, ya que es una de las
historia mas macabras jamás vividas en este mundo)
Me gusta como lo has titulado,. El Odio, que fuerte lo que puede hacer ese
sentimiento o emoción (Antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo
mal se desea) Habrá que reflexionar sobre esto... Que tiene el ser humano
que puede llegar a sentir Odio.... Y el Amor? Una palabra que significa todo
lo contrario, "antónimo".
Hay un gran clásico del mundo del cine que habla de estas dos emociones contrarias o no tan contrarias. "La noche del Cazador"....
Un muak..Manuela

Abismo Ínfimo dijo...

Bonita reflexión y sin duda un peliculón el que citas. Complejas emociones humanas éstas del amor y el odio, más complejas aún las relaciones amor-odio, más inexplicables... cómo podemos pasar del amor al odio sin darnos cuenta, e incluso también del odio al amor. El amor construye, el odio destruye. El amor es el motor del mundo y el odio su lacra. Un besazo constructivo.

Flores Literarias dijo...

hola me encantaria poder enlazarte a mi blog lanavedelostorpes.blogspot.com

Espero tu visita y respueta, gracias

Abismo Ínfimo dijo...

F.L., tienes todos los permisos