jueves, 19 de febrero de 2009

LA NOVELA QUE INTENTABA CERRAR EL CÍRCULO


a
Por el ventanuco estrecho emergía una luz tenue y dorada, temblorosa, que invitaba a escribir sobre los folios inacabados y emborronados que no terminaban de contener la novela que describiría su vida. El último capítulo de la novela parecía resistirse. El último capítulo de su vida obstaculizaba el desarrollo de la misma y la impaciencia de terminar aceleraba y fortalecía el sentido que a la misma vida le otorgaba.
a
a
a
a
Bebía un trago de vodka y la inspiración brotaba como un suspiro, tomando la pluma como quien coge un diamante, con la maestría de quien mira a su musa después del trabajo bien hecho, orquestándose acto seguido en la concatenación minuciosa de las palabras al ritmo y al sabor del ardiente elixir de sus recuerdos, en la empresa de volcar sobre el papel la huella que la misma vida le había dejado inquebrantable como un peso alquitranado y macizo, necesitando salir a flote para quedar plasmada eternamente en una lectura infinita por quienes vinieran a ocupar su sitio.
a



a
Durante esos momentos, el tiempo se paraba de golpe. Apenas la respiración resquebrajada de sus pensamientos eclécticos ambientaba aquellos momentos de inexistencia, o de todo lo contrario, que le ocultaban y le escondían de los focos amenazantes y delatores de la realidad y del mundo exterior, momentos que muchas veces se extendían inconscientemente en el reloj de pared cuyo tictac apenas se escuchaba. La guarida de sus recuerdos le mantenía a salvo del inexplicable mecanismo de la vida, olvidadizo como había quedado de ella y sin embargo afanándose voluptuosamente ahora en sintetizar sobre el papel su mismo significado. Se había resguardado para siempre de la tormenta que se había levantado años atrás en su deslavazada vida. El frío y la lluvia habían quedado en el recuerdo, casi en el olvido. La estufa y el vodka hacían lo demás.
a


a
Pero era, como decimos, el último capítulo de su vida el que se le resistía. La comprensión de su bagaje desprendía unos capítulos de su juventud y adolescencia claros y definidos, brotados rítmicamente y sin pausa, embravecidos y descaradamente enérgicos, frutos de una vida rebelde e inquieta, frutos del divino tesoro que tan bien había aprovechado. Los años posteriores habían conocido la calma y la contemplación, sobreestimado el paso del tiempo y despertado su escepticismo, y en su escritura aparecían ahora templados y maduros, pero sobre todo engarzados y con un sentido por bandera. Doce capítulos que escribió con facilidad y un último que se le resistía. No le cuadra el final de su vida. Se obstina en cerrar el círculo y conforma un garabato. Nada de lo que ahora entiende tiene un sentido. La misma vida lo ha perdido en su totalidad. Pero no su novela. Y se obstina en rematarla.
a

a
Bebe un generoso trago de vodka que le raspa la garganta. Una nube oscurece los folios emborronados. Se apoya sobre un brazo pensativo y mira a la pared enmohecida. Tiene ganas de abandonar. Lo piensa y bebe otro trago, ahora más comedido. Después respira armoniosamente. Parece que se acaba de dar cuenta de algo, se queda pensativo. Y guarda la pluma en el plumier. Abandona la escena. Marcha hacia su habitación, donde se viste pacientemente, elegantemente. No se olvida de su pitillera ni de su bastón. Y se pierde por entre las concurridas calles de su ciudad queriendo dar un sentido a su vida. Sabe que un buen final le permitirá descansar relajadamente, que tiene que cerrar el círculo. Por eso ha dejado una nota en su escritorio. Dice así: "Si no termino esta novela es porque me habré marchado a una isla perdida. Ruego que me la envían allí, si fuese el caso". Seguimos sin saber nada de él.
a

2 comentarios:

Gubia dijo...

Me gusta porque he conseguido imaginar la escena y ver al personaje, incluso puedo encontrarlo caminando por la calle; si es así le recordaré que tiene pendiente el último capítulo. Un abrazo.

Abismo Ínfimo dijo...

Qué bonito, que hayas imaginado así la escena... si de verdad te conviertes en un personaje de su último capítulo, no olvides de recordarle que nos deje un final feliz... un abrazo!!