El cuarto es pequeño, apenas entra una luz tenue oblicuamente y los funcionarios aquí son seres repulsivos ávidos de conflicto. Me muero de ganas por una cama cómoda, ésta es dura y reducida y sus mantas no me brindan el calor que necesito. Huele a muerte en este cadalso de nueve barrotes de acero oxidados y tenebrosos, en el que falta el espacio así como la tranquilidad. Sólo me queda rezar escrupulosamente porque se produzca la llamada del Gobernador de Nevada que me libre de este anunciado martirio al que me tienen condenado. Mi inocencia se esfumó en la sentencia que me condenó a muerte y sólo clamo por que la verdad sea la única que juzgue y me saque de esta violenta cruzada contra un pobre individuo que ni siquiera estaba en el lugar del crimen. Me juzgan por el asesinato de un confidente de la policía, una persona que no había visto en mi vida, y que ocurrió cuando yo tenía veinte años. Hace ya trece que ando encerrado en una espiral carcelaria en la que no encuentro aire para respirar. Los minutos suceden en mi reloj de una forma acelerada, los latidos de mi corazón me contraen y agarrotan con virulencia, los repetidos pasos de un funcionario que pasea con un bastón me sacan de quicio. Queda tan sólo un minuto para la supuesta llamada. Dios sabe con qué intenciones llamará el Gobernador. Suena el teléfono, lo puedo escuchar.
Este fue el escrito que se encontró en la celda del preso 1990 de la Prisión del Estado de Nevada. En su última voluntad, el reo suplicó que fuese enviada a los miembros de su familia.
11 comentarios:
¿Es verdad?
Lo del escrito me refiero?
Que texto tan 'sentido'...
Recomendacion cinematografica que me ha surgido al leerte:
Monster's Ball
http://www.imdb.com/title/tt0285742/
Aclaro, Luna, es pura literatura, pero bien pudiera responder a alguna de las circunstancias en que se encuentra alguno de los condenados a muerte actualmente en EEUU, en donde un sistema judicial nefasto ha de encontrar un cabeza de turco para la muerte de un confidente como el del relato. Así se cumplen, como en todas las empresas, los objetivos. Sabemos que la arbitraria llamada de un Gobernador, o de un Schwarzenegger, determinará la resolución del drama. Así que, siendo literatura, está basado en hechos reales. Exploraré tu recomendación, muchas gracias.
La realidad supera nuestra imaginación, siempre. En este caso con un tema díficil.Un abrazo.
Ufff. Se ponen los pelillos de punta al leerlo, que duro debe de ser oir esa llamada...
En el sentimiento expectante mientras pasa segundo a segundo, en la espera que se quuere prolongar y al mismo tiempo se quiere dejar atrás, llegar al inevitable desenlace...
Poderoso relato...
Tremendo...
Disculpa que no pueda añadir nada más, Abismo.
:) Abrazo grande.
Abismo...logré escribir algunos micros con la frase, si algunos, están en mi blog:
http://insomniamakesmeparanoid.wordpress.com/2008/03/03/no-hasta-que-por-fin-me-haya-mordido/
Me gustaría que pasaras para que me digas que te parecen...sabes que en esto de los micros tu opinión es muy importante...con eso que me volviste adicta... :)
Nos leemos...
Gubia: la triste y real vida de muchos presos. Un abrazo.
Elenita: durísima..., debe ser insoportable esta situación. El Estado empleando todas sus fuerzas en martirizar a un inocente.
Karen1: tic tac, tic tac, sin esperanza, sin nada qué hacer, a la espera de que se materialice toda la agonía. Espeluznante.
Mandarina: recojo el abrazo.
Karen2: ya te leí. Tu imaginación es un portento, no abandones el hoby de escribir. Me alegra tener cerca a alguien que comparte mi adicción.
Os mando muchos besos y os doy las gracias por vuestros atisbos. Hasta pronto.
Me gusta tu texto, yo también había pensado en escribir algo sobre la espera en el pasillo de la muerte, pero visto lo visto creo que desistiré no podría hacerlo mejor, enhorabuena.
Se te extraña!!!
:-)
Nuevo icaro: Bienvenido. Me di una vuelta por tu blog, es pura literatura. Me alegro de leerte. Un abrazo.
Luna: yo también os extraño. He estado un poco desapegado, pero no por ello desentendido. Hoy mismo espero hacer una entrada, cuando el tiempo me lo permita. Uno no se olvida de vosotros.
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