sábado, 16 de febrero de 2008

RETAZOS DE MI VECINDARIO


A veces una eclosión jubilosa puede ser sin embargo una exaltación de violencia, derroche de improperios y alarma en mi vecindario, todo incluido. Resulta que puedo liarme al intentar distinguir una expresión de alborozo de una exaltación violenta por parte de mis vecinos de abajo, provenientes de la tierra de Álvaro Uribe, quienes afirman ser parientes de un tal fulano que en su tierra lidera una banda organizada y que en nada repara si ha de hacer uso de su recortada y quienes, en su ínfimo hogar de veinte metros, disponen de una discoteca móvil en su interior que hace vibrar hasta las más firmes vigas de mi edificio cuando el tiempo de ocio les permite desconectar de su fatigoso puesto de trabajo en una obra interminable. Uno, en principio, admiraría la voluntad festiva de un puntual madrugador que se dirige a diario a una obra del extrarradio cuando llega a su axfisiante pero cálido hogar, así como la intención de defender sus valores patrióticos cuando dice ser colombiano y español, por lo tanto gozante de todo derecho cívico que le confiere tal condición, pero uno se extraña cuando comprende que el derecho reivindicado se reduce a un estridente repertorio de salsa desde horas prontas de la mañana hasta altas horas de la madrugada, para contestar a quien le intenta comedir que tiene una pistola en su cuarto lista para ser accionada o que su primo, de la guerrilla, o de la mafia, no sé... ¡ojo! con su primo. Resulta sorprendente convivir con tal energúmeno que se apodera de su derecho, como español, a celebrar con una salsa monótona los sinsabores de su vida, teniendo como testigo a un edificio de antigua estructura que le soporta trémulo todos los sábados y cualquier día menos esperado, hasta el punto de vibrar el mismo suelo de mi casa. Energúmenos, como digo, haberlos haylos en todas partes. Pero tenía que soltarlo. Lo peor de todo es que hoy no parecían querer salir en un telediario para engrosar la lista de las muertes (muertas) por violencia de género, sino que gozaban armoniosamente de unos licorcitos que, hasta el momento, les mantienen en una calma sorprendente. A ver lo que dura.

14 comentarios:

Cyllan dijo...

Joderrr (con perdón), te acompaño en el sentimiento Abismo, porque desde luego que te toquen de vecinitos unos maleducados es una desgracia de la que es muy díficil librarse :( Pobrecito. Te has despachado a gusto por lo menos en esta, tu otra casa.

Anónimo dijo...

Ah, las historias de vecindario, los personajes de pacotilla, todos parte de nuestros microuniversos disfuncionales, lástima que no los podemos escoger.

p.d. Me quedé a medias con el cuento, aver si lo retomo.

Un abrazote.

Blasfuemia dijo...

La de entradas a un blog que daría de sí el tema de los vecinos. Y eso que afortunadamente no tengo energúmenos de la talla de los tuyos. Aunque algún desencuentro que otro ha habido, y encuentros... también.

Luna Carmesi dijo...

AAAArrrrrrrrrrrrrrrggggg!
Buenisimo... Haciendo un break en el trabajo... y casi desde la 10 linea no puedo disimular mi sonrisa.
Releches! Esta genial esta 'prosa', columna de opinion o narracion extraordinaria de unos cuantos 'no vecinos'!!!
'Maancantao!!!!'
(y pon mas bajo el reegaetton!!)
:-D

Abismo Ínfimo dijo...

Cyllan: desde luego que me quedé a gusto, pero el domingo madrugaba y hasta las tantas la música subió de volumen y el reggaeton machacó mis sueños entrecortados. El jolgorio se llevó al máximo. Hoy se comenta que la comunidad le va a denunciar. ¿Tú qué harías?

karen: microuniversos disfuncionales... qué bueno, otra forma de llamarles energúmenos que incordian. Ya ves, hay tanto descerebrado, con lo fácil que es llevarse bien, o al menos no mal, con cualquiera. Pero hay algunos que parece que están hechos de una pasta a mala leche, o algo así. Si con las palabras se llega a todos los sitios, pienso. Un besote, Karen.

Blasfuemia: afortunadamente tengo un vecino que me cae muy bien, con el que ha habido algún encuentro. Algún otro es insoportable (desencuentro), pero lo del colombiano éste no tiene nombre. Besiños.

Luna: tú sí que me pones `colorao´, ¡anda!


Os mando muchos besos y me alegra ver que volvéis por aquí. A veces pienso si esto de los blogs crea también adicción.

Anónimo dijo...

No lo pienses...casi comprobado que crean adicción...en qué ocuparía mis madrugadas si no existieran estas ventanas a otros mundos, perspectivas, y tantas palabras maravillosas...

Abismo Ínfimo dijo...

Qué bonito, Karen. Ya no lo pienso, lo creo firmemente. ¿Por qué sacaré tiempo de donde sea para ocuparme de los atisbos y de las perspectivas de las distintas ventanas que visito?. Palabras maravillosas, sin duda, poseedoras de una fuerza tal que son capaces de conmover en la distancia, de aflorar en nosotros unas sensaciones mágicas, siempre en la sintonía que despiertan, pues son muchos los lazos que tejen entre nosotros. Siempre, Karen, tus atisbos están llenos de energía luminiscente. Todo un lujo para el blog el que te pasees por aquí.

Cyllan dijo...

Me parece bien que lo denunciéis. Si habéis intentado que comprendan que sus derechos acaban donde empiezan los vuestros y ellos creen que no, que están por encima de vuestro descanso y de vuestra intimidad, pues se puede intentar que se lo expliquen otros con más "poder", ejem.
No estoy muy segura de que sirva para algo, perdona mi pesimismo, pero tengo algo de experiencia en denuncias a la policía entre vecinos y en su escala de prioridades esas están abajo.

En cuanto a la adicción a los blogs, en todo caso sería sana, no la veo perjudicial. A mí lo que me crea adicción son las personas, encontrarlas, conocerlas, etc.
Aunque claro, la adicción a internet es un problema real. Pero no me preguntes por qué, no me parece que los blogueros seamos adictos a internet, por lo menos los que yo conozco.

Abismo Ínfimo dijo...

El vecino no ha venido todavía con el escrito a firmar, para denunciarle, pero no creo que sea mala la idea lo de darle un toque de verdad. A ver si así se da cuenta, por lo menos se intenta.

Una adicción sana, sin lugar a dudas. Y lo que hay detrás es gente, mucha gente, que es lo que llena y hace grande esto.

Muchos besos, Cyllan.

Mandarina azul dijo...

Yo sí seguiría adelante con la denuncia, Abismo. Quizá no sirva para nada (o quizá sí, tampoco hay que ser derrotistas), pero, al menos, la impotencia de no hacer nada no la sentireis, ¿no? No podemos quedarnos callados ni quietos ante despropósitos y faltas de educación como la que cuentas.

Mucho ánimo, y que se resuelva pronto el problema, ¡vaya tela!

:)

Abismo Ínfimo dijo...

Mandarina: tela marinera. Tienes razón. Por mi parte, apoyo la denuncia. De momento, ahora mismo, sábado, acercándose la noche, el vecindario está en calma, lo que se agradece sobremanera. Pero el día que haya que denunciar, no lo dejaré para otra. Muchas gracias por tu apoyo.

Luna Carmesi dijo...

VENGANZA!!!
:-O
jijiji

;-)
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Abismo Ínfimo dijo...

Luna: lo he visitado. Es buenísimo el disco que te puedes bajar. Aunque no lo he escuchado todavía, me imagino lo estridente que debe ser. Ideal para ponérselo al vecino en cuestión cuando ande adormecido por una resaca. Jeje.

Anónimo dijo...

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